Aguirre exigirá expulsar del PP al exdiputado de la Púnica que presumió de «tocarse los cojones»

Aguirre, que nunca pierde la oportunidad de presumir de su pronta respuesta ante los casos de corrupción que afectan a su partido y en los que están implicados algunos de sus cargos de confianza, ha argumentado que, en este caso, para ella no es suficiente la suspensión de militancia. Pero, en cambio, ha negado que haya que tomar decisión alguna respecto al también exdiputado Borja Sarasola, que se encuentra al frente del Comité electoral del partido.

Sarasola, que ocupó el puesto número 12 en la lista de la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, pero renunció al acta en los primeros días de julio, fue citado a declarar por el juzgado que investiga la Púnica en la Audiencia Nacional el pasado 26 de mayo, pero el juez Eloy Velasco lo desconvocó después, el 3 de junio, precisamente porque, al haber adquirido la condición de aforado (que ya no tiene) habría sido necesario pedir suplicatorio.

Aguirre ha argumentado que "la Justicia tiene que actuar con claridad". Pero también ha subrayado que si finalmente hay imputación, Sarasola renunciará a su cargo "como ha hecho con los anteriores". Justo antes de entrar al foro ABC-Deloitte, que tiene como protagonista a Cifuentes, ha insistido así en que lo que no va a permitir es que se la tome a ella como "consentidora".

La expresidenta de Madrid ha admitido que se siente "concernida" e incluso "responsable" del escándalo que afecta, de manera especial, al que fuera su consejero de Presidencia y secretario general del PP madrileño, Francisco Granados. Pero ha alegado que le cesó como miembro del Ejecutivo autonómico "tres años antes de que se supiera lo de sus cuentas en Suiza" y del partido al día siguiente de las generales de 2011. "Como dijo Juan Carlos Monedero (el miembro de Podemos) -se aferró- ¡Hasta a Jesucristo le salió rana uno de doce!"