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Paula De las Heras
Viernes, 12 de junio 2015, 10:13
El Rey ha tomado la más drástica de las decisiones que estaban en su mano para desvincular por completo a la Corona del daño que aún pudiera causarle el proceso judicial contra su hermana por el caso Nóos. A partir de hoy, la infanta Cristina, ... que se enfrenta a una petición de ocho años de cárcel por supuesta cooperación necesaria en el fraude fiscal cometido por su marido, Iñaki Urdangarin, en 2007 y 2008, dejará de ser duquesa de Palma de Mallorca.
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La Zarzuela anunció anoche que la medida se publicaría hoy mismo en el Boletín Oficial del Estado, como así ha sido. La mañana, no obstante, trae otro titular, que sale de boca de Miquel Roca, quien asegura que la infanta Cristina había manifestado desde hace días su voluntad de renunciar al ducado y está de acuerdo con la decisión de Felipe VI. Es la versión que mantiene, aunque la realidad parece ir por otro lado, ya que si bien es cierto que existe una carta de puño y letra de la hermana del Rey renunciando al título, con fecha 1 de junio, no lo es menos que esa misiva solo se escribió y envió cuando doña Cristina ya sabía que iba a ser despojada del ducado de Palma.
Lo que no está claro es el porqué del momento elegido, más allá de que dentro de una semana se cumple el primer aniversario de la proclamación de don Felipe como Rey de España y el contundente gesto concuerda con la promesa que lanzó en su discurso ante las Cortes, en el que aseguró que velaría por la «dignidad» de la institución, preservaría su «prestigio» y observaría una conducta «íntegra, honesta y transparente».
La infanta Cristina se sentará en el banquillo, probablemente, a principios de 2016, pero a lo largo de los últimos meses, y especialmente a partir del momento en el que la Audiencia Provincial de Palma dio vía libre a la acusación del juez José Castro, habían arreciado las presiones para que fuera la ya exduquesa de Palma la que se echara a un lado voluntariamente por el bien de la Monarquía. Lo que se le exigía era en realidad un gesto de consecuencias más simbólicas que tangibles porque doña Cristina ocupa el sexto puesto en el orden sucesorio, de modo que sus posibilidades de llegar a reinar algún día son más que remotas. Pero ella nunca quiso dar ese paso.
La hermana del Rey, según explicaban fuentes cercanas a la Zarzuela, siempre sintió la decisión de don Juan Carlos de apartarla de los actos oficiales de la Familia Real a finales de 2011 como una condena previa. E igualmente parecía interpretar que su renuncia a los derechos dinásticos equivaldría a una autoinculpación. Las cosas no han cambiado en lo que a sus derechos sucesorios se refiere porque nadie puede arrebatárselos. La falta de una ley orgánica que regule todas las dudas de hecho y de derecho relativas a la Corona lo hace imposible. Pero la decisión de don Felipe no deja de ser severa.
Hace sólo unos meses, desde los dos partidos mayoritarios se señalaba que un golpe de ese tipo antes de que realmente hubiera una condena firme quizá fuera demasiado. Lo cierto es que no se recuerda un precedente similar. El duque de Feria, Rafael Medina Fernández de Córdoba, siguió siéndolo incluso después de haber sido condenado a más de nueve años de prisión por delitos tan repugnantes como abusos sexuales y corrupción de menores. Aunque eran otros años, en los que la Monarquía no estaba cuestionada.
Otros fuerzas políticas, como Izquierda Unida o la balear Mes, sí habían reclamado, en cambio, al Monarca que diera este paso. El uso de títulos de nobleza, de acuerdo con el real decreto de 1987 en el que se regulan estos asuntos, son una gracia del titular de la Corona, por lo tanto sólo de él dependía revocar la concesión que don Juan Carlos hizo a su hermana en 1997 con motivo de su matrimonio.
La relación entre don Felipe y doña Cristina llevaba años deteriorada, precisamente por el caso Noós. El Rey levantó un muro desde antes incluso de empezar a reinar, pero después se hizo aún mas evidente. La infanta Cristina no era ya Familia Real, porque ese término se restringió exclusivamente a los Reyes, sus hijas y don Juan Carlos y doña Sofía. Y en este primer año de reinado han coincidido sólo una vez, hace unos días, durante el funeral de Kardam de Bulgaria.
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