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A. rallo
Jueves, 11 de junio 2015, 18:58
Interpol ha localizado a uno de los principales fugados de la justicia valenciana. Se trata de Jorge Ignacio Roca Samper, desaparecido hace tres años nada más estallar el expolio de la depuradora de la localidad valenciana de Pinedo. Este empresario es el cerebro de todo ... el entramado financiero de empresas interpuestas creadas únicamente para desviar fondos públicos de la depuración de lodos de la planta de Pinedo. La captura del prófugo, buscado por el Juzgado de Instrucción número 15 de Valencia desde 2012, se ha producido en Moldavia. El huido ha utilizado durante todo este tiempo una identidad falsa, lo que le ha permitido mantenerse escondido estos años. La Policía sospechó que se encontraba en Rumanía, Sudamérica e incluso Pakistán. Finalmente fue detenido en Moldavia.
Samper se presentaba como un asesor de inversores. Logró presuntamente una buena cantidad de dinero procedente de la depuradora de Pinedo. Antes de estallar el caso, vendió una finca de caballos en la población de Santa Margarida de Montbui. Obtuvo 500.000 euros por esta transacción. Los pasos del empresario se perdieron nada más se inició la investigación judicial. Ordenó a su mujer que vendiera toda una finca de apartamentos que tenía en Francia. Ese dinero, alrededor de un millón de euros, fue transferido a una de sus empresas. A continuación, utilizó una red de ciudadanos chinos para blanquear esta cantidad. Su ingenio con las finanzas no tenía límite. Se mantuvo oculto incluso cuando su mujer fue detenida en España. La Audiencia Nacional la condenó a nueve meses de prisión.
El empresario está imputado en el caso Emarsa por un delito de malversación, cuatro delitos contra la Hacienda Pública y un delito continuado de falsedad en documento mercantil. En 2012 se emitió una orden de detención internacional "al no haber sido hallado y existir fundadas sospechas de que se ha fugado para eludir sus responsabilidades".
La participación de Roca Samper en la investigación de supuestos delitos de estafa y malversación en la gestión de Emarsa -la empresa que gestionaba la depuradora valenciana de Pinedo- era, según el juez, "imprescindible y necesaria para la consecución de la defraudación final".
A nombre de este imputado están la mayoría de las empresas que según la investigación facturaron actividades a Emarsa pese a que carecían de medios materiales humanos o financieros para llevarlas a cabo.
Según los datos de Hacienda, la trama de facturación se desarrolló a través de tres vías: la retirada y gestión de lodos, la entrega de bienes o prestación de servicios inexistentes y el cómputo de gastos que no son fiscalmente deducibles, como viajes y regalos, que no tienen relación directa con su actividad.
La "parte fundamental de la trama" se desarrolló en la retirada y gestión de lodos y desbastes, y sus principales actores fueron tres empresas domiciliadas en Barcelona (Erwinin SL, Printergreen SL y Zonday SL, todas ellas relacionadas con Roca Samper), que además facturaron a unos precios "muy superiores" a los de sector.
10,7 millones facturados a Emarsa
El informe de la Agencia Tributaria señala que, entre 2006 y 2009, Erwinin facturó 10,7 millones de euros a Emarsa "sin realizar trabajo adicional alguno". Estas tres citadas empresas, unidas a Notec SL e Iris Tractmens SL, se interpusieron entre las que realmente prestaban los servicios y construyeron un entramado de facturación recíproca que finalmente generaba gastos "ficticios" sobre Emarsa y repercutían en las devoluciones de IVA que percibía.
El juez insistió en su día en que "ninguna de las sociedades administradas por Roca Samper tuvo medios, ni humanos ni materiales ni financieros" para realizar esas "supuestas actividades económicas". Este imputado, "previo concierto" con otros investigados, incrementó artificiosamente el valor de lo realizado de tal forma que Emarsa abonó finalmente por la gestión de lodos y desbaste "una cifra aún no determinada, pero en cualquier caso superior a diez millones de euros más que lo que costaba el servicio que efectivamente le era prestado".
Además, el instructor resaltó en un auto de 2012 la relación contractual entre la citada Notec y la también empresa administrada por el fugado Agrolemos según la cual esta se comprometía a intermediar comercialmente en la venta de unos 10.000 vehículos en Pakistán por parte de la primera, con un precio de venta de 200 millones de euros pero que finalmente no se materializó por "problemas estructurales" en ese país.
Este contrato fue firmado con el objetivo de generar unas cuotas de IVA soportado que le permitiesen deducirlas de las cuotas de IVA recibidas de su relación comercial con Emarsa, según la investigación judicial, que recalca que las empresas gestionadas por Roca Samper "obtuvieron cuantiosísimos ingresos de las facturas emitidas a Emarsa".
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