Alfonso Torices
Miércoles, 10 de junio 2015, 03:57
En plenas negociaciones para la investidura de alcaldes y presidentes autonómicos, donde las exigencias de regeneración democrática están siendo claves a la hora de cerrar pactos, Gobierno y PSOE han dedicado la sesión semanal de control en el Congreso a lanzarse mutuamente a la cara ... sus respectivos casos de corrupción.
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En ausencia de Mariano Rajoy, que está en Bruselas para asistir a la cumbre UE-América Latina y Caribe, los protagonistas del choque dialéctico han sido la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, y el portavoz parlamentario socialista, Antonio Hernando, que han utilizado la manida estrategia política del 'y tú más'.
Hernando ha exigido responsabilidades a Sáenz de Santamaría por haber nombrado hace un año delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana a Serafín Castellano, entonces secretario general del PP en esa autonomía, cuando ya era investigado por presuntos favores a empresarios, y por haber defendido ante el Congreso su inocencia y su integridad hasta solo 72 horas antes de que fuese detenido e imputado por, presuntamente, haber favorecido con la adjudicación de contratos públicos a una firma que le agasajaba con regalos e invitaciones.
El portavoz, que ha ironizado con la posibilidad de que Mariano Rajoy la retire atribuciones como la Portavocía en la próxima remodelación del Gobierno, le ha dicho que con Castellano les ha pasado lo mismo que con Luis Bárcenas, "que no comprobaron nada". La ha acusado de "mentir" al Parlamento para ocultar la investigación contra el exdelegado y le ha pedido "humildad" para que admitiese que se equivocó al nombrarlo y que le faltó "diligencia" para cesarlo antes.
Soraya Sáenz de Santamaría, que ha preferido no entrar a comentar desde cuándo sabía que Castellano era investigado, pasó de inmediato al ataque y le dijo que ella había cumplido con su obligación al cesarlo la misma mañana que se enteró de la imputación y detención, cosa que no hacen los socialistas, que aún mantienen a Manuel Chaves como diputado, meses después de que el Tribunal Supremo lo imputase por el caso de los ERE fraudulentos de Andalucía. "Usted tiene sentado en el escaño a quien puede sentarse en el banquillo. Menos dar lecciones y aplíquense el cuento. Yo lo he cesado y he ejercido mi responsabilidad. ¡Haga usted lo mismo!", le ha contestado.
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Pero el ejercicio del 'y tú más' no terminó ahí. La número dos del Ejecutivo ha asegurado que los socialistas no pueden darle a nadie lecciones sobre regeneración en una semana en la que están deteniendo a decenas de altos cargos y funcionarios de la Junta de Andalucía por el fraude de las subvenciones a los cursos de formación y pocos días después de que imputasen a su exdelegado del Gobierno en Melilla por presunta compra de votos o de que se investigue la adjudicación irregular del contrato de reconversión de Aznalcóllar por la Junta.
El pulso entre ambos fue a cara de perro y sin concesiones. Borró de un golpe las imágenes vividas segundos antes en el hemiciclo, donde Sáenz de Santamaría contestó con una amplia sonrisa y besos a los ministros y diputados que vinieron a felicitarla al banco azul por su 44 cumpleaños.
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