Alejandro Sanz presta su imagen a la Policía para la campaña contra la trata de seres humanos.

La Policía libera en Granada a dos mujeres obligadas a ejercer la prostitución

Fueron captadas en Rusia con falsas promesas de trabajo y trasladadas a España para obligarlas a prostituirse en clubes de alterne

colpisa

Domingo, 31 de mayo 2015, 11:10

La Policía Nacional ha liberado en Granada a dos mujeres obligadas a ejercer la prostitución. Ambas fueron captadas en Rusia con falsas promesas de trabajo y trasladadas a España para obligarlas a prostituirse en clubes de alterne. Asimismo, durante la operación han sido arrestadas tres ... personas por delitos de trata de seres humanos, pertenencia a grupo criminal, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y relativos a la prostitución.

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En el marco de la operación, se ha efectuado un registro en un domicilio en el que se ha intervenido diversa documentación de interés, destacando los resguardos de envíos de dinero, cuadrantes diarios reseñando servicios/copas a nombre de mujeres y el contrato de alquiler del domicilio donde residían las víctimas explotadas en el club de alterne.

Las pesquisas se iniciaron a raíz de la denuncia de dos mujeres rusas que aseguraban haber sido víctimas de trata de seres humanos. Las mujeres habrían sido captadas por una organización en la localidad de Volgogrado con la promesa de un empleo como camareras en un bar de copas de Granada.

Para obtener los permisos necesarios para poder trabajar en España, las mujeres entregaban sus pasaportes en una agencia de su localidad de origen en Rusia, recibiendo transcurridos unos días instrucciones para que se desplazaran a Moscú, donde se los devolverían junto a todo lo necesario para el viaje, contrayendo en ese momento una deuda de 700 euros. Una vez en Moscú, se reunían con otro ciudadano ruso, quien les hacía entrega de la citada documentación, que incluía sendos visados Schengen expedidos en el Consulado de España en Moscú.

Llegaban a nuestro país en avión, al aeropuerto de Barcelona, donde recibían indicaciones para que cogieran un autobús con destino a Granada. Allí eran recogidas por otra mujer, también de origen ruso, y trasladadas a un domicilio particular en el que las alojaban junto a otras compatriotas suyas. Al día siguiente, las mujeres eran trasladadas a un club de alterne en el que, según les explicaban, deberían trabajar hasta saldar la deuda contraída por su viaje.

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En una ocasión, también fueron obligadas, en compañía de un compatriota suyo, a desplazarse hasta una oficina de envíos de dinero, con el fin de satisfacer un pago al empresario que las había contratado en Volgogrado, utilizando para ello la documentación de las víctimas.

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