Rescatados dos subsaharianos cuando eran introducidos en Melilla ocultos en dobles fondos

Los hechos han ocurrido a plena luz del día en la aduana internacional de Beni Enzar que une Melilla con la provincia marroquí de Nador y por la que diariamente llegan a pasar más de 3.000 vehículos.

La máquina detectora de ritmo cardíaco utilizada por la sección fiscal de la Guardia Civil ha sido la que en ambos casos ha dado el chivatazo de que en los coches podría haber oculto un ser vivo.

En el primer vehículo, un Mercedes con matrícula marroquí y ocupado únicamente por su conductor, los agentes encontraron el rostro de una persona joven al bajar la tapa de la guantera. Estaba encajonada en el interior del salpicadero y presentaba agotamiento y una respiración muy agitada, por lo que tuvo que ser liberada de inmediato rompiendo de forma integral todo el frontal.

Tras recibir primeros auxilios se pudo comprobar que se trataba de un varón de 20 años de edad, indocumentado, y que dice proceder de Guinea Bissau. A pesar del fuerte dolor de articulaciones y el cansancio, no precisó de traslado a centro hospitalario.

El segundo joven, un varón de 23 años, también indocumentado, y que dice ser de Mauritania, fue más difícil de encontrar, ya que hubo que desmontar los asientos de un turismo Hyundai, modelo Attos, para comprobar que se encontraba oculto bajo los asientos traseros del mismo.

El largo tiempo que el joven tuvo que estar en posición fetal en el interior del doble fondo hizo que durante un buen rato sintiera desorientación, entumecimiento y falta de movilidad, pero tampoco precisó de atención médica.

Los conductores de ambos coches, marroquíes con residencia en su país de origen, han pasado a disposición judicial como presuntos autores de un delito grave contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, decretándose para ambos su ingreso en el Centro Penitenciario de Melilla.

Aumento de 'dobles fondo'

La menor presión sobre la valla, debido a la construcción de la valla marroquí de cuchillas y a las continuas redadas policiales en los campamentos de inmigrantes, ha propiciado el aumento de otros métodos de entrada ya conocidos como las pateras y los llamados dobles fondo.

El perfil de los inmigrantes que acceden a Melilla a través de este método de ocultación tan peligroso para su salud, ya que permanecen encajonadas sin apenas aire durante horas, es el mismo que tenían los saltos a la valla: inmigrantes subsaharianos, varones, muy jóvenes, de entre 17 y 25 años principalmente, y con un buen nivel educativo.