Díaz abre la puerta a nuevas elecciones tras ser rechazada por tercera vez su investidura

La amenaza de repetición de elecciones gana cuerpo tras la negativa de los partidos a apoyar a Díaz, insistiendo en que el PSOE-A tampoco se mueve de sus posiciones y sigue sin atender a sus propuestas, un enrocamiento que atribuyen a que los socialistas también están esperando el resultado del 24-M para poder negociar desde una posición más favorable. El plazo límite para que salga la investidura es el 5 de julio, fecha en la que si todavía no se ha elegido un presidente el responsable de la Cámara autonómica deberá disolver y convocar nueva cita electoral.

Sin embargo, la propia Díaz ha criticado de nuevo esta mañana que el resto de fuerzas políticas atiendan "más al tacticismo electoral" que a la responsabilidad institucional, y se muestra dispuesta a repetir la cita electoral. "No voy a permitir que Andalucía sea un cromo de nadie, quien piense eso se está equivocando", ha afirmado, para continuar asegurando entre aplausos: "Esta votación no la vamos a ganar nosotros, pero ellos tampoco. Quienes perderán serán los andaluces".

En este punto, la dirigente socialista ha arremetido contra quienes entienden "el diálogo desde la imposición", y ha reprochado que "quien ha ganado las elecciones tenga que asumir íntegramente lo que dicen quienes han perdido". Porque, ha dicho, "eso no es dialogar, es dogmatismo". Así, considera que las propuestas del resto de los partidos son "excusas" para no facilitar la investidura. "La realidad del 22 de marzo es que hundimos al PP y paramos en seco a Podemos", ha apuntado, y algunos "todavía no se han repuesto".

Guiños inútiles

Los partidos de la oposición ya habían anunciado en estos días anteriores su negativa a apoyar o facilitar la investidura, con el argumento de que pese a los contactos con el PSOE-A esta fuerza no había cambiado sus planteamientos y sigue sin dar respuesta a sus condiciones previas. De nada han servido los guiños en el discurso de investidura a casi todas las fuerzas políticas, que alabaron el gesto pero se mantuvieron firmes en sus posiciones. La petición coincidente es un compromiso firme en la lucha contra la corrupción, concretado por Ciudadanos -el más proclive a priori- en la firma de un decálogo anticorrupción que supondría en la práctica la salida inmediata de Manuel Chaves, el expresidente de la Junta imputado por el caso de los ERE.

Asimismo, Podemos mantiene su propuesta de retirar las cuentas de los bancos que desahucien y una reducción de cargos de confianza, para lo que piden además conocer la relación completa de estos puestos de forma que se pueda valorar la reducción de hasta el 10% que Díaz anunció en su investidura. El PP, por su parte, mantiene que de su propuesta de 146 puntos que le han hecho llegar a los socialistas, las medidas en materia de lucha anticorrupción, regeneración democrática y en materia fiscal son innegociables.