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CRISTIAN REINO
Jueves, 2 de abril 2015, 17:45
El ayuntamiento de Salou dice basta. El municipio tarraconense, tomado estos días por miles de universitarios británicos que eligen la localidad de la Costa Dorada para pegarse la gran farra antes de encarar el último trimestre del curso, no quiere que la marca Salou quede ... ligada a los excesos y al incivismo 'hooligan'. Por ello, ha reclamado a los organizadores de la 'Saloufest', en su mayoría touroperadores británicos que contratan todo el paquete turístico a precios muy asequibles, que dejen de "perjudicar la buena imagen turística del municipio" y no sigan utilizando "la marca Salou".
El Gobierno municipal, de CiU, que en cualquier caso no fue un paso más allá y evitó pedir a los touroperadores que no vuelvan a programar sus viajes a Salou, ha tomado medidas, después de que una joven británica, de 21 años, que participaba en la gran fiesta de la primavera para los universitarios ingleses, se precipitara desde un cuarto piso, en el hotel en el que estaba alojada. La joven estudiante se encontraba, al cierre de esta edición, grave e ingresada en un centro hospitalario de Barcelona. Las primeras hipótesis apuntaban a un intento de suicidio.
Un informe municipal habría detectado además irregularidades administrativas en el hotel de la joven, pues se sospecha que en la habitación de la víctima estaban alojadas cuatro personas, en dos plazas. El Ayuntamiento reclamó a los Mossos d'Esquadra que investiguen a los cinco grandes hoteles que utiliza la organización del Saloufest como alojamiento para los estudiantes por si esta práctica está generalizada para abaratar los paquetes turísticos.
La primera expedición de universitarios, unos 4.600, llegó el domingo y este jueves partieron para las islas británicas. El próximo 7 de abril regresará un segundo grupo, con 4.300 estudiantes, y entre el 14 y el 18 de abril se espera la visita de un millar más. Los alumnos pagan por la "madre de todas las fiestas", según la publicidad de los touroperadores, en torno a 250-300 euros por cuatro días de borrachera, diversión y excesos, que se disimulan bajo el paraguas de que son cuatro días dedicados a actividades deportivas, durante el día, por supuesto. En 2013, un joven resultó herido por practicar 'balconing' desde un cuarto piso y en 2010 una estudiante denunció a un compañero por violación. Este año, la mayoría de las quejas se han producido por las escenas incívicas que un grupo de universitarios protagonizó en el campo de fútbol del Reus.
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