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Paula De las Heras
Martes, 10 de febrero 2015, 14:05
Siempre se ha dicho que el PSOE solo lograría recuperar el Ayuntamiento de Madrid si era capaz de presentar a un candidato transversal, de los que no sólo conquistan al electorado socialdemócrata sino que son capaces de ganarse al nutrido grupo conservadores residente en la ... capital de España. Un perfil como el de José Bono, que acabó dando la espantada a la invitación de José Luis Rodríguez Zapatero en 2007. El exbarón castellan-manchego, exministro de Defensa y expresidente del Congreso estaba hoy, sin embargo, en primera línea para oír y ver a Antonio Miguel Carmona, el actual aspirante a la plaza, economista y autodefinido "nacionalista español".
"En estos momentos nuestro país es una nación que quieren disolver y cuya disolución algunos trataremos de evitar cada día en nuestro devenir político. Si para los antiespañoles España es una nación en proceso de disolución les prometo que mi labor política tratará de impedirlo", se ha arrancado en uno de esos desayunos informativos usados por los políticos para aumentar su proyección pública.
El discurso del mediático candidato, conocido por sus intervenciones en tertulias televisivas, tiene sin duda mucho más. "Pim, pam, propuesta", es su lema. Pero no sería exagerado decir que eso, la defensa de la unidad de España, es una de sus deliberadas señas de identidad. Carmona ha identificado en el Foro Nueva Economía tres principales "disolventes" de la nación : la corrupción, los nacionalismos periféricos y el debilitamiento de lo público.
"Hace años me matriculó mi padre en la asignatura de la honradez y, ahora que le recuerdo con estas palabras, tras su muerte, pienso sacar en su memoria matrícula de honor en el arte de la integridad y la decencia", ha dicho con su habitual tono declamatorio sobre la primera cuestión. "Yo no haré la M-30 ha dicho acerca del tercero, en alusión a la obra faraónica del exalcade Alberto Ruiz Gallardón- haré en todo caso una M-30 social" (entre sus propuestas está la de la expropiación del usufructo, por cuatro años, de las viviendas en manos de los bancos). Pero en el reproche a los independentistas se ha explayado de manera singular.
Más Madrid, menos Cataluña
"Les prometo que durante los próximos ocho años se hablará tanto de Madrid como se ha hablado de Cataluña durante los últimos ocho años -ha asegurado- Llevamos demasiados lustros con la banda sonora del egoísmo territorial de fondo". Golpe directo a Jordi Pujol: "Algunos supuestos honorables se envuelven en la bandera para tapar sus vergüenzas, para no dejar al desnudo sus propios latrocinios". Y reivindicación propia: "Soy un apasionado de una España lugar de encuentro de todos los españoles. Un país que es única nación en España, defensor de un Estado integrador que se levante contra la corrupción y la impunidad, contra el caciquismo y la incultura".
A Carmona le importa poco no estar en plena sintonía con el discurso oficial de su partido. Allí, delante de Pedro Sánchez, que le ha hecho las veces de presentador, de Carme Chacón, de José Luis Rodríguez Zapatero (al que se ha metido en el bolsillo, según confiesa el propio expresidentes) y del expresidentes de la Comunidad de Madrid, y antizapaterista de pro, Joaquín Leguina, se ha atrevido a cuestionar la reforma federal del estado autonómico. "A mí nadie me para por la calle pidiéndome reformar la Constitución. Yo, perdónenme, sólo reformaría la Carta Magna en su artículo 1.2, 'la soberanía nacional reside en el pueblo español': lo pondría en negrita y subrayado".
También ha asegurado que su "gran proyecto para Madrid" es "hacer de Madrid la capital del español en el mundo". "Un gran complejo del español, pulmón de las letras, el lugar soñado de los hispanistas, un foco de atracción para todos los visitantes de los casi seiscientos millones de hispanoparlantes", ha glosado. Y como colofón: "Madrid le volverá a dar a España la unidad que necesita. Nación que sobresale en la historia como la más capaz de emprender las más grandes hazañas de la Humanidad. Y las peores cuando nos enfrentamos con nosotros mismos".
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