La Policía encuentra las primeras pruebas que incriminan al pederasta

Las pruebas comienzan a acorralar al supuesto pederasta de Ciudad Lineal. La Policía ha encontrado en las últimas horas en la vivienda de la calle Monte Aragón de Madrid, en la que que Antonio Ángel O. vivía junto a su madre, el tarro de crema que el presunto violador compró en un negocio 'todo a cien' el pasado 22 de agosto, mientras mantenía retenida en su coche a la que ha sido su última víctima conocida, una niña dominicana.

Según fuentes de la investigación, la Policía científica ha hallado restos de vómito en ese inmueble. Se da la circunstancia de que una de las niñas confesó a la policía que había vomitado durante su cautiverio y que no se lo había confesado a su agresor. Queda por comprobar si el ADN coincide con el de la víctima.

Además, a esto habría que sumar una muestra de ADN hallada precisamente en ese establecimiento en el que se detuvo para adquirir la compra. Las fuentes consultadas admiten que es una muestra de un tamaño tan pequeño que por sí sola no podrá certificar la identidad del detenido, pero añaden que sí puede aportar datos relevantes al cruzarla con otras muestras de ADN que se puedan realizar al acusado.

Y no solo eso. En el registro de esa vivienda los funcionarios, entre otros objetos, se han incautado de una multa del vehículo Toyota, a nombre de un tercero, que Antonio Ángel O. habría usado en ese mismo rapto. Estos dos objetos se suman a una muestra de ADN conseguida en la investigación del caso del pederasta de Ciudad Lineal, según ha confirmado en una entrevista en Antena 3 el jefe superior de la Policía de Madrid, Alfonso Fernández Díez, que no ha dado más detalles atendiendo al secreto sumarial.

Eso en lo que se refiere a la casa en la que vivía el presunto depredador, porque aún continúa el exhaustivo registro de la vivienda vacía de la Calle Santa Virgilia 3, en la que, creen los agentes, el pederasta consumó sus abusos a cuatro de las cinco menores a las que logró raptar. Los funcionarios de la Policía Científica rastrean hasta en las cañerías a la búsqueda de rastro de ADN que prueben que las niñas estuvieron allí retenidas.

Increpado y abucheado

Antonio Ángel O. M. ha sido trasladado en un vehículo policial camuflado con los cristales tintados. Ataviado con chaqueta y una capucha que le tapaba el rostro, el presunto pederasta ha sido increpado por los un centenar de vecinos antes del registro, que ha comenzado a las 09.22 horas. Se han escuchado gritos de "hijo de puta" y "cabrón" cuando el sospechos cruzaba las puertas del portal de la vivienda. El piso, propiedad de su madre, está vacío y cuenta con cuatro habitaciones y dos baños. Al parecer, se iba a iniciar una reforma ya que el sospechoso tenía pensado irse a vivir allí con su madre.

En cuanto a los interrogatorios, según indican fuentes cercanas al caso, Antonio Ángel O. M. ha aguantado las primeras horas sin reconocer los hechos, al menos hasta primera hora de la mañana, y con actitud altiva y chulesca, si bien empieza a incurrir en contradicciones. La zona cuenta con un importante despliegue policial tanto en la entrada del garaje como en la principal del edificio.