El Supremo apaga el sueño del preso David Villafañe

Sin embargo, la verdad científica de Villafañe se desvaneció ayer después de que la sala rechazase tramitar su querella, en la que incluía las nuevas pruebas periciales aportadas por su defensa que concluyen que es inocente y que su pareja murió por causas naturales y no por asfixia.

El tribunal, presidido por Carlos Lesmes e integrado por otros 12 magistrados de las diferentes salas del Supremo, justificó que no estamos ante fuentes de prueba nuevas o de nuevo conocimiento» (artículo 954.4 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal) que permitan revisar la sentencia que la Audiencia de Vizcaya impuso al acusado en 1998: 19 años y medio de cárcel por el asesinato de Marta Couceiro, después de una segunda autopsia de su cuerpo tres años después de su muerte.

Tercer grado o inocencia

El ponente del auto, el magistrado Francisco Marín Castán, considera que la nueva pericial firmada por el catedrático de Medicina Legal, Luis Frontela, se elaboró «única y exclusivamente» con base en la documentación obrante en la sentencia condenatoria, por lo que no se trata de un elemento novedoso que permita revisar su caso o de un error de los informes médicos realizados entonces con todas las garantías legales.

En definitiva, conforme a todo lo razonado hasta ahora, concluye el auto, no se aprecia indicio alguno de una conculcación manifiesta del derecho de defensa y los hechos relatados carecen de relevancia penal alguna.

David Villafañe ya ha cumplido 16 años entre rejas y su licenciamiento definitivo llegará en enero de 2017. Sin embargo, el acusado no tiene como meta vital su excarcelación, sino seguir adelante con su inocencia, aunque el Supremo le haya cerrado la puerta. «Podría estar ya en libertad condicional, pero tendría que asumir un asesinato que no ha ocurrido», relató en una entrevista a este periódico.

Entonces defendió que la propia evolución de la medicina forense, como todas las ciencias, va a más allá de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que data del siglo XIX. «La prueba es nueva porque es posterior a la sentencia firme. Es una verdad científica basada en criterios actuales de la medicina forense. Hace 16 años, cuando me condenaron, existían otros criterios para acusar con las periciales, pero con el tiempo se han demostrado que ya no valen».