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Lucía Palacios
Miércoles, 18 de junio 2014, 00:40
Felipe VI ya reina en España. A la medianoche el hasta ayer Príncipe de Asturias ha accedido al trono sustituyendo a don Juan Carlos de Borbón que, a falta de que se trámite la ley que deberá regir su nueva condición, seguirá ostentando el título ... de Rey hasta el momento de su muerte. Una firma puso ayer fin a 39 años de reinado, un cambio que se ha hecho oficial a las 00.00 con la publicación en el Boletin Oficial del Estado (BOE) la ley órganica que hace efectiva la abdicación. Un abrazo y un intercambio de sillas dejando de lado el regio protocolo certificaron de forma simbólica horas antes el histórico relevo en la Corona española.
La infanta Leonor ha adquirido en ese momento el primer puesto en la línea de sucesión y, por lo tanto, se ha convertido en la nueva Princesa de Asturias. Este jueves, todos los ojos se posarán en el nuevo jefe de Estado. Felipe VI recibirá de su padre el fajín que le acredita como comandante supremo de las Fuerzas Armadas en una ceremonia ante los tres ejércitos.
Posteriormente, se dirigirá al Congreso para protagonizar una proclamación que ha querido huir de la pompa y los aires fastuosos que se podían presuponer a la coronación. El juramento ante las Cortes Generales, un acto que no contará con la presencia de don Juan Carlos, será el punto álgido de la jornada, que se completará con un recorrido hasta el Palacio Real, con saludo desde el balcón incluido, y una recepción a las autoridades.
La firma de la abdicación
El Rey Don Juan Carlos sancionó a las 18.15 horas de este miércoles su última ley, la de su abdicación. Firmó la norma en una solemne ceremonia celebrada en el Salón de Columnas del Palacio Real, ante su hijo, el futuro Rey Felipe VI, y unos 150 representantes de las instituciones del Estado.
Tras la rúbrica y en medio de un interminable aplauso, el monarca -después de besar a la Reina- abrazó efusivamente su hijo, el todavía Príncipe de Asturias, y le cedió su puesto en la presidencia al colocarse a su izquierda, como símbolo del cambio de era.
En el acto, de apenas 20 minutos y muy sobrio, estuvieron también presentes la princesa Letizia y las infantas Leonor y Sofía, que acudieron a besar a su abuelo y provocaron que éste se tambaleara por unos instantes. La infanta Elena también asisitó, así como las infantas Pilar y Margarita, y Constantino de Grecia junto a su mujer, Ana María. Como ya estaba previsto, no acudió la hija menor del Rey, Cristina, alejada de los actos oficiales tras el escándalo del 'caso Nóos'.
Recibido por última vez con honores de jefe de Estado a su llegada al Palacio (21 cañonazos y el himno nacional), Don Juan Carlos, con los ojos empañados por la emoción mientras se leía el discurso en que el 2 de junio anunció su decisión de dimitir, firmaba así la última ley de su reinado, una ley que diputados y senadores habían aprobado el 11 y 17 de junio, respectivamente, por muy amplia mayoría.
Los grandes ausentes
El Gobierno en pleno estuvo presente en este histórico acto, con Mariano Rajoy en primer lugar, encargado de rubricar la firma de la ley, los miembros de las Mesas del Congreso y el Senado, los máximos representantes del poder judicial y todos presidentes autonómicos, con la excepción del presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el lehendakari vasco, Iñigo Urkullu, quienes sí confirmaron en cambio su presencia al acto de proclamación de Felipe VI.
Otra ausencia notoria fue la de los portavoces parlamentarios de la Izquierda Plural, el PNV y el BNG, que declinaron la invitación que les ha cursado la Casa del Rey.
El Rey, que vestía de civil con traje oscuro y corbata rosa de lunares, quiso que a su último acto acudieran también los expresidentes del Gobierno José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González; así como los padres de la Constitución que permanecen vivos, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, José Pedro Pérez-Llorca y Miquel Roca.
En representación del cuerpo diplomático acreditado en España estuvo presente el Nuncio de la Santa Sede, Renzo Fratini, que ejerce como decano. Los caballeros españoles de la Orden del Toisón de Oro -la máxima condecoración que concede la Corona española- tampoco se perdieron el acto. Se trata del político Javier Solana y del filólogo y actual director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha.
Completaron el listado de invitados una representación de la Diputación Permanente del Consejo de la Grandeza, que agrupa a la jerarquía nobiliaria española. En la actualidad, el hijo de la duquesa de Alba Alfonso Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart, duque de Híjar, ejerce como decano de la Diputación Permanente, mientras que su secretario general es Carlos Espinosa de los Monteros y Bernaldo de Quirós, duque de Valtierra y Alto Comisionado del Gobierno para la Marca España.
El escenario elegido para este hecho histórico fue el Salón de Columnas del palacio. Se trata de la misma estancia donde se instaló la capilla ardiente del general Franco y, ya en democracia, donde se firmó el acta de adhesión de España a las Comunidades Europeas en 1985 o se celebró la conferencia de paz entre israelíes y palestinos en 1991.
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