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OLAYA SUÁREZ
Viernes, 23 de mayo 2014, 09:54
El inspector jefe Pablo Antonio Martínez García ya se ha incorporado a su puesto de trabajo en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Gijón, al frente de uno de los grupos de la Policía Judicial. El veterano policía, padre y esposo de dos ... de las detenidas por el asesinato de Isabel Carrasco en León, recibió en su primera jornada laboral el afecto y apoyo de sus compañeros, a muchos de los cuales ya conocía por los veinte años que trabajó en Gijón. «Es un hombre muy correcto y muy profesional. Es normal que le afecte lo que ha ocurrido, pero estamos seguros de que trabajará con total efectividad, como ha venido haciendo hasta ahora», comentó un compañero.
Pablo Antonio Martínez García regresa así a la Comisaría en la que estuvo destinado durante 20 años, hasta que en 2004 fue trasladado a Astorga (León) para hacerse cargo de aquella Comisaría. Tal y como hizo en su paso por Asturias, consiguió labrarse el respeto y el reconocimiento tanto de sus compañeros como de sus subordinados.
Ahora, comienza para él una nueva etapa, en la que ha querido volver a una ciudad con la que tiene una gran afinidad y en la que conserva un piso que también ha sido objeto de registro por parte de los agentes encargados de la investigación de la muerte de la presidenta de la Diputación de León.
El inspector jefe acudió el pasado domingo al centro penitenciario de Mansilla de las Mulas (León) para visitar a su esposa, María Montserrat González Fernández, de 59 años, y a su hija, Triana Martínez, de 35. Al parecer, durante los últimos días ha consultado a varios abogados penalistas de reconocido prestigio para empezar a preparar la defensa de las dos acusadas. La madre, asesina confesa, habría sido la autora material de los disparos que acabaron con la vida de IsabelCarrasco.
La tercera detenida es la agente de la Policía Local de León Raquel Gago, quien podría haber facilitado el contacto para que madre e hija comprasen el arma del crimen. Es precisamente esa vía en la que colabora la Policía Nacional en Asturias, ya que supuestamente la pistola fue adquirida en Gijón a un toxicómano en un establecimiento hostelero cerrado hace un año.
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