Secciones
Servicios
Destacamos
Ignacio Tylko
Lunes, 30 de junio 2014, 17:37
Reacio a expresarse en público, religioso y muy familiar, el tímido Keylor Navas ha alcanzado la gloria planetaria con su descollante actuación frente a Grecia que condujo a Costa Rica a los cuartos de final de un Mundial por primera vez en su historia. Pero ... nada ni nadie descompone el gesto adusto de este guardameta que va camino de ser el mejor de este campeonato, en lucha quizá con el belga Thibaut Courtois, aunque al final los premios siempre recaen en los que más avanzan.
«Fue el protagonista del partido. Evitó tres o cuatro ocasiones claras de gol y desvió un penalti decisivo», destacó Fernando Santos, el técnico portugués que dirige a Grecia. «Keylor es uno de los mejores del mundo. Teníamos plena confianza en él», reveló Jorge Luis Pinto, el veterano entrenador colombiano que dirige con gran éxito a los ticos.
Con uno menos desde el minuto 66 por la expulsión de Duarte, los centroamericanos fiaron su suerte a este portero que sigue los pasos de Luis Gabelo Conejo, otro mito en el país de la 'pura vida'. El actual preparador de cancerberos de la selección fue clave en la clasificación de su país para los octavos de final de Italia'90. Sólo encajó dos goles en la primera fase ante rivales como Brasil, Suecia y Escocia, pero se perdió por lesión el duelo a vida o muerte resuelto a su favor por Checoslovaquia (4-1). Y fichó por el Albacete de Benito Floro, que había encadenado dos ascensos consecutivos. Keylor también recaló en el equipo manchego, procedente del Deportivo Saprissa. Pero descendió a Segunda B y fue cedido al Levante, que se quedó con él para reemplazar al uruguayo Gustavo Munúa.
Keylor ofreció grandes exhibiciones en el equipo de Joaquín Caparrós y dejó nada menos que 16 veces su portería a cero en la pasada campaña. Apenas percibe 300.000 euros brutos al año, un sueldo impensable para cualquier trabajador en España pero una miseria en comparación con lo que perciben los futbolistas destacados de la Liga, y recibió varias ofertas que le mejoraban cuatro veces el sueldo. Suena para el Atlético pero el que más porfía por él, ya que le encantan su estilo, personalidad y reflejos es Julen Lopetegui, exguardameta y hoy entrenador del Oporto. Tiene una cláusula de 10 millones y un año más de contrato, y el club granota sabe que lo tiene que vender.
Memoria privilegiada
«Estoy viviendo un sueño del que espero no despertar», reveló Keylor, con un hilo de voz baja y tono monocorde, tras el triunfo ante los helenos. Ahí demostró tener una memoria privilegiada, ya que le adivinó la intención a Gekas, con el que coincidió tres meses en el Ciutat de Valencia. «Esto es un momento increíble y le doy gracias a Dios por ello. Todo el país lo anheló y nosotros tenemos que estar más que orgullosos por el logro que hemos alcanzado», subrayó Navas tras recibir el trofeo como estrella del partido del domingo en Recife. «Los premios motivan, animan a seguir trabajando y te dicen en los momentos difíciles que puedes salir adelante. Espero vivir muchos años más y siempre los tendré. Voy a tener muchos recuerdos de lo que he vivido», añadió.
Navas quiso dedicar su gran partido y el hito de clasificación de los ticos para cuartos a su familia y a los hinchas que le han apoyado en los momentos más difíciles. «Yo le doy gracias a Dios, siempre le pido a él salud para poder esforzarme. He trabajado con humildad para la selección y para el equipo donde estoy. Agradezco mucho a la gente que valora mi trabajo. Es mi importante el aliento y se lo dedico a mi familia», insistió. «Siempre he tratado de ser un buen padre y un buen amigo. Siempre intento que cuando mis hijos crezcan puedan ver a su papá, que hizo cosas importantes para su país», reflexionó.
Es la segunda vez que es elegido el mejor jugador de un partido de su equipo, tras el trofeo del martes en el empate 0-0 ante Inglaterra, en el cierre de la fase de grupos. Navas también señaló después de ese recital que pese a los halagos personales, lo importante no es su actuación sino el dulce progresar del equipo costarricense. «Lo importante es la victoria del equipo, poder compartir esto con mis compañeros. Todos tenemos el mismo mérito».
Admitió que cuando el equipo se quedó con uno menos en Recife por la expulsión de Óscar Duarte todo se complicó y que en la prórroga el único objetivo era poder llegar a la tanda de penaltis frente a los griegos. «Con uno menos, lo que intentamos fue alcanzar la definición en esa suerte. Le pedí a Dios que me pudiera ayudar a detener uno y así fue», relató. Navas fue preguntado también por Holanda, el próximo rival en suerte, pero aún no se presiona porque entiende que hay mucho tiempo para pensar en ese duelo del sábado en Salvador de Bahía. «Ahora toca disfrutar».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.