El ‘Cazador’ rescata a Holanda

Rozaron la proeza los abnegados discipulos del Piojo Herrera pero les faltó experiencia y algo de osadía en el tramo decisivo, cuando los europeos les avasallaron, Robben les intimidó y Sneijder les descerrajo un tiro mortal tras un saque de esquina mal defendido. Hubo tiempo aún para que el árbitro portugués señalara un penalti dudoso de Rafa Márquez al extremo del Bayern -le hicieron mucho más claro en el primer tiempo no indicado-, y Huntelaar clasificara a los subcampeones a cuartos. El ariete del Schalke salió al rescate de la Oranje, ya que en el empate fue el autor de la dejada de cabeza que convirtió en oro el mediopunta del Galatasaray.

Después de ver a esta Holanda en Fortaleza, se te caen los palos del sombrajo sólo de pensar cómo le pudo endosar cinco goles a España y acabar diez tantos a favor la primera fase. Ante los mexicanos, el equipo de Van Gaal dio la sensación de estar en pretemporada. Hasta que se vio apeada del Mundial, jugó al trote, sin ritmo y sin intensidad. Como si el intenso calor y la humedad de Fortaleza hubieran tenido un efecto somnífero sobre la Oranje, muy pertrechada y a la espera de que Van Persie, reaparecido tras cumplir sanción, pudiera cazar alguna, o Robben montar un contragolpe.

Kuyt, carrilero

Introdujo dos cambios con respecto a su equipo tipo el malhumorado técnico holandés pero fueron insustanciales. Salieron Janmaat y De Guzmán y entraron Verhaeg, un lateral de medio pelo que juega en el Augsburgo alemán y Wijnaldum. Mantuvo en el once a Kuyt, al que sorprende ver como carrilero izquierdo a estas alturas de su carrera. La temprana lesión de De Jong, clave en ese centro del campo de rompe y rasga, la suplió con Martins Indi, un defensa del Feyenoord.

Sin hacer tampoco un despliegue maravilloso pero con más dominio y presencia ofensiva porque sus laterales se desplegaron más en ataque, sobre todo Layún, México ganó a los puntos en el primer tiempo. Tocó con más intención, le duró más el balón en su poder y disfrutó de la única ocasión, mal culminada con un disparo en semifallo de Herrera, tras gran pase de Giovani.

Pese a ese error, Herrera fue el mejor de los aztecas en el primer período. Sorprende su desparpajo en México cuando en el Oporto apenas cuenta para Paulo Fonseca, que incluso le envió a jugar ocho partidos con el equipo filial.

El parón oficial para que los jugadores se hidratasen, una innovación para preservar la salud de los profesionales pero que chirría en el fútbol, era la principal anécdota de ese primer tiempo hasta que en el descuento Proença dejó sin sanción un claro penalti cometido sobre Robben. Márquez le golpeó y Héctor Moreno lo remató. Había sido la única vez hasta entonces que el extremo pudo percutir en una zaga con tres centrales. El defensa del Espanyol se lesionó en esa jugada y no compareció tras el descanso.

Cambió por completo el panorama a raíz del gran gol anotado por Giovani dos Santos en los albores de la segunda parte. Tuvo fe y la pegó bien desde fuera del área el jugador del Villarreal pero encontró la colaboración de Cillessen, portero del Ajax que en este Mundial ha sido muy poco exigido. A partir de ahí, los aztecas se encerraron y Van Gaal tocó a rebato, por suerte para su país.

Cambió el sistema, pasó a jugar con una zaga de cuatro más tradicional e introdujo a Depay, un delantero diferente porque tiene talento y disparo. Llegaron las ocasiones y apareció Memo Ochoa, un portero heterodoxo que por arriba se las come pero bajo los palos es un felino y sabe aguantar en el mano a mano. Salvó un remate a bocajarro de De Vrij y el balón luego fue rechazado por el poste. Y aguantó sin vencerse para evitar el empate de Robben, que se había marchado con suma facilidad de Márquez, más lento y temeroso de poder hacer penalti.

Es increíble cómo ha llegado el extremo del Bayern a este Mundial. Vuela Arjen en sus cambios de ritmo mientras los defensores parecen trenes de mercancías. Sintomático que a falta de un cuarto de hora Van Gaal quitase a Van Persie y apostase por Huntelaar. Pero le salió de maravilla ese movimiento desesperado. Tras el enésimo córner, el ariete del Schalke la buscó y Sneijder la enganchó con la derecha desde la frontal. En el descuento, Márquez dejó otra vez la pierna a Robben. Hubo un leve contacto y el extremo exageró la caída. Proença indicó el punto fatídico. El Cazador asumió la responsabilidad y recompensa.