Motivos de un gran Mundial

Si no decae en la segunda parte, a partir de esos cruces que meten miedo y agarrotan con frecuencia a los jugadores por un exceso de responsabilidad, quizá estemos ante el Mundial más atractivo de la historia. En otros se observaron figuras grandiosas, como Pelé o Maradona, y partidos inolvidables, pero éste es más homogéneo. La clasificación de Argelia, la explosión sudamericana y la eliminación de nuevo de siete países europeos, como en Sudáfrica, demuestran la enorme igualdad existente.

Comparaciones

Algunos especialistas aseguran que el certamen de México70 fue extraordinario, el mejor de siempre, pero entonces se jugaba a un ritmo más lento que ahora y no se conocían la presión, la marca y el achique de espacios. Los futbolistas veteranos reconocen que hoy es más difícil hacer goles. Antes paraban la pelota, se preparaban, levantaban la cabeza, elegían el lugar donde querían mandarla y, el que sabía, la pegaba ahí. Ya eso no existe.

Los analistas reacios a un campeonato con 32 equipos argumentan que eso sólo responde a la necesidad del negocio y que muchos equipos son de relleno. Puede ser cierto pero en 1970 se jugaba con 16 equipos, y había al menos siete de mentira: El Salvador, México, Bulgaria, Rumanía, Israel, Marruecos y Bélgica, que entonces no era nadie. Muchos de quienes defienden esta tesis consideraban a Costa Rica un invitado a este Mundial.

Osadía

La búsqueda de la victoria es una receta maravillosa para conferir emoción al juego. Incluso sin que abunde el talento, el espíritu ofensivo es la llave que abre el corazón del hincha, como recuerda el veterano periodista argentino Jorge Barraza. Hasta Irán, aun con un esquema timorato, pensó seriamente en vencer a Argentina. Y le creó tres situaciones claras de gol, resueltas por el criticado portero Sergio Romero. Hace años, Costa Rica hubiese salido a perder dignamente con Italia o Uruguay. Ahora, en cambio, se presentó para ganarles. No se especula. Si se da el empate, se acepta, pero ya no se busca deliberadamente. Todos están convencidos de que pueden ganar y se lanzan en busca de la victoria con osadía.

Hambre

La entrega, el ardor y la velocidad mejoran el espectáculo. En el torneo de Brasil, se observan equipos con un apetito voraz. El Argelia-Corea del Sur (4-2) es un paradigma de lo que han sido los partidos hasta ahora. Poca tregua. Pero hay muchos más: Italia-Inglaterra, Uruguay-Inglaterra, Brasil-México, Alemania-Ghana... Hace décadas, un futbolista corría apenas cuatro kilómetros en un partido. Hoy bordea los 13 kilómetros. Serge Aurier, figura casi anónima de Costa de Marfil, trazó casi 20 kilómetros frente a Colombia.

A diferencia de Sudáfrica, donde sin ir más lejos España se coronó con sólo ocho goles anotados, Brasil supone el fin de los sistemas ultradefensivos. Ningún entrenador colocó el autobús en su área. Con más o menos argumentos, todos intentar atacar.

Pegar ya es viejo

Salvo Luis Suárez, que definitivamente tiene devoción por los mordiscos, apenas vinieron los jugadores con ganas de bronca. Nueve expulsados en 48 partidos de la primera fase, no supone una gran cantidad, y eso que a los árbitros no les tembló el pulso y sacaron la roja directa en siete ocasiones. Es el máximo escenario del fútbol, están los ojos del mundo mirando y los jueces están muy aleccionados, aunque se les escapan acciones como la temeraria entrada por detrás de Thiago Silva a Chicharito o el brutal mordisco del Pistolero a Chiellini. Pegar parece ya un recurso del pasado, cuando las cámaras no te señalaban. Ahora, los árbitros te echan, las imágenes te condenan y el Comité de Disciplina de la FIFA te castiga sin miramientos.

Avances

Brasil 2014 marca un retraso asiático en cuanto a Corea y Japón y tampoco crecen mucho los africanos, de quienes siempre se espera un despegue definitivo. Otras regiones sí mostraron avances. Muy meritorio lo de la Concacaf, que después de este Mundial, de la fortaleza exhibida por México, Costa Rica y Estados Unidos, puede pedir una plaza más. También Sudamérica crece y quizá se merezca un puesto en detrimento de Europa. Chile y Colombia alcanzan la más alta consideración internacional.

Mejor preparación

El avance de algunos continentes está muy ligado a la excelente preparación con que llegan algunas selecciones, no precisamente varias de las más importantes de Europa. La FIFA entrega a cada asociación 9,5 millones de dólares (siete millones de euros) sólo por clasificarse a la Copa del Mundo. Eso permite una organización al máximo nivel. Todos los equipos cuentan con técnicos de prestigio y dedican mucho tiempo para entrenar y disputar amistosos.

Ambiente

Lo más deficiente quizá sean los arbitrajes. Pero de esto no tienen culpa los jugadores, ni los entrenadores. Tampoco el público, entregado a sus países y al fútbol, y que a diario rebosa de colorido una Copa del Mundo espectacular en las calles y dentro de los estadios.