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Villa, después de ser cambiado ante Australia.
Una selección débil ante la derrota
España

Una selección débil ante la derrota

El incendio provocado por Xabi Alonso y el enfado de Cesc no son más que dos ejemplos de que a España le sienta mal perder

Juanma Mallo

Martes, 24 de junio 2014, 09:31

Las victorias implican felicidad, unidad, cohesión. Todo, hasta esos pequeños encontronazos, esos leves roces producto de días de convivencia y monotonía durante una concentración de varias semanas, queda enterrado por ese dulce sabor que producen los triunfos. Los títulos. Las derrotas, en cambio, provocan que ... cualquier episodio, incluso el más nimio, un pequeño malentendido en un entrenamiento, se convierta en un volcán en erupción. Y 'La Roja', que este martes estará de nuevo en Madrid, personifica a la perfección estas situaciones en el mundo de fútbol. Es un grupo débil cuando los resultados no acompañan. La última ocasión, con el tremendo fracaso que ha enterrado la historia más bella del balompié español: su adiós en Brasil. Sucedió con Cesc Fàbregas, que el pasado sábado, hartó a Vicente del Bosque con sus quejas por la inferioridad de su equipo en un partidillo de entrenamiento. El 'míster' salmantino le retiró el peto de titular. Por cierto, el técnico se lo entregó a Xabi Alonso -que este lunes salió de inicio-, otro que había provocado una polvareda por sus críticas, luego matizadas, sobre la supuesta falta de hambre de sus compañeros. Unas palabras que, a la mayoría, sobre todo a los más jóvenes, sentaron como un tiro, y que fueron gasolina para un equipo que sí, necesitaba combustible, pero no de ese tipo. Como dijo el técnico... «Yo pienso en todos y ellos piensan en ellos, sólo en ellos».

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