Grecia resiste a sus limitaciones

En el lado contrario, los japoneses trataron de hallar algún resquicio en el muro griego pero tampoco contaron con las herramientas necesarias. Movieron el balón los asiáticos con destreza y dominaron sin más inconvenientes que la dureza de sus adversarios pero la falta de jugadores creativos les impidió descubrir alguna oportunidad de lograr un gol. Sólo la insistencia, el cansancio, la humedad y el sufrimiento doblaron las rodillas de los helenos en los últimos minutos de partido cuando los japoneses sumaron más efectivos en busca de superioridad en las bandas. Pero entonces los griegos se agarraron a su genética de resistencia y a su cultura del esfuerzo para soportar el asedio nipón. Karnezis aguantó con su pequeña legión de hoplitas contemporáneos y su equipo se despidió con sólo un 25% de posesión aunque con más disparos a puerta del rival que los japoneses.

Con este resultado ambos equipos están obligados a ganar en la tercera jornada si quieren acceder a octavos de final. Los resistentes europeos necesitan romper su costumbre defensiva para vencer a Costa de Marfil y los samuráis azules necesitan un triunfo sobre la ya clasificada Colombia y que Grecia al menos empate con los africanos.