La voracidad de Müller

Su triplete del lunes ante Portugal en Salvador de Bahía fue el primero de esta Copa del Mundo de Brasil y el 49 en la historia de este certamen desde 1930. No fue el más brillante que se recuerda, ya que sus goles fueron más de oportunismo que de calidad, pero representó un desaire para un impotente Cristiano Ronaldo que inyecta un factor de crecimiento a la 'Mannschaft' e infunde enorme respeto a los rivales.

Un penalti, una porfía y el saber aparecer en el lugar idóneo y en el momento exacto para rematar un balón mal rechazado por el portero Rui Patricio le permitieron reivindicarse tras un año con altibajos en el Bayern de Múnich. Mejor jugador que elegante y deportivo, provocó además la expulsión de Pepe. Teatralizó cuando el portugués le dejó el brazo y, sentado sobre el césped, se limitó a dejar que el central luso le pusiera la cabecita encima para recriminarle su falta de 'fair play'.

«No me acuerdo al cien por cien de lo sucedido porque ocurrió muy rápido. En un duelo, él estiró su brazo y puso la mano en mi cara, me caí hacia atrás y después creo que vino hacia mí con la cabeza por delante; no sé muy bien», explicó. No obstante, el delantero germano matizó que en ningún caso quiso provocar a Pepe.

Su polivalencia, sobre el papel una virtud, le ha perjudicado con Pep Guardiola para encontrar un hueco como indiscutible. Al no ser un especialista, ha sufrido más banquillo de lo que imaginaba. La prensa alemana criticó con dureza al técnico catalán por haber marginado del once titular a este jugador bávaro, de 24 años, en el duelo de ida de semifinales de Champions disputado por el Bayern en el Santiago Bernabéu. Entró en el último cuarto de hora en lugar de Schweinsteiger y dio más presencia ofensiva a su equipo. Es jugar a adivino y ser ventajista, pero igual con Müller sobre el césped el intenso dominio muniqués del principio se hubiera traducido en más ocasiones.

Müller ofrece unas prestaciones altísimas a su selección, con una media cercana al medio gol por partido (20 dianas en 49 encuentros). Ya fue el máximo artillero del Mundial de Sudáfrica con cinco goles, igualado con David Villa, el uruguayo Diego Forlán y el holandés Wesley Sneijder. Ganó la 'Bota de Oro' porque, además, firmó tres asistencias, y fue elegido el mejor futbolista joven del torneo.

Tras su descollante puesta en escena ante los lusos, fue elegido el mejor jugador del partido y quiso rebajar la euforia. «Hicimos un muy buen partido, con buena mentalidad, pero no hay que exagerar porque las cosas se han puesto de cara pronto para nuestra selección», subrayó.

«Debemos partir desde cero en el próximo partido, el sábado frente a Ghana en Fortaleza, y no hacer regalos. Estamos tranquilos, venimos aquí para ser campeones del mundo, no para los récords», apuntó, ambicioso. «Marqué tres goles y eso no ocurre todos los días, pero es verdad que los Mundiales no se me dan mal hasta ahora», dijo, entre risas, al ser preguntado por su eficacia en el gran certamen universal.

La actuación personal de Müller y la global de Alemania generó una alegría desbordante en la canciller Angela Merkel, que bajó a los vestuarios del estadio Fonte Nova para felicitar a los jugadores. «Lo habéis hecho muy bien. Gracias por darme esta satisfacción después de un viaje tan largo», les dijo en un pequeño e improvisado discurso que recibió los aplausos de los futbolistas.