Dos 'diabluras' salvan a Bélgica

No cabe duda de que se notó el peso del estreno en los primeros instantes. Minutos de tanteo. Eso sí, Bélgica mostró sus ganas de poseer el balón. Argelia, en cambio, sabía que sólo podía dañar de una forma; aguardar atrás y salir a toda mecha hacia la meta de Courtois. Los diablos rojos, una excelente generación, no creaban peligro. Su referencia ofensiva, el potente Lukaku, se encontró con dos perros de presa en los centrales norteafricanos, Halliche y Bougherra. Tampoco estuvo a gusto Eden Hazard: cada vez que se hacía con la pelota, el mago del Chelsea se encontraba con dos futbolistas a su vera. No hallaban el modo de destrozar la muralla construida por Halilhodzic. De hecho, el jugador argelino más adelantado se quedaba en su campo.

Bélgica sufría. Balón, sin efectividad. Los argelinos, cuando tenían la pelota -poco, la verdad-, armaban rápidos ataques. Simples. Sin complicaciones. En estas se encontró con un regalo de Vertonghen: empujón a Feghouli tras un excelente centro desde la izquierda de Ghoulam. Era una jugada sin peligro. No le tembló el pulso al valencianista para batir a Courtois; el extremo firmó el primer tanto mundialista de su país desde hace 28 años. No cambió el panorama esta acción. Witsel lo intentó con un disparo lejano. Sin puntería. Apareció Hazard, por fin. Y plasmó su capacidad para romper a las defensas. Lo hizo en el 43. Pero Chadli no acertó. En la primera oportunidad que gozó de un mínimo espacio, sacó su calidad a relucir. Pero nada.

Un nuevo dibujo

Quedaban 45 minutos para evitar que Argelia firmara otra sorpresa, como la de Costa Rica frente a Uruguay. Sacó Wilmots a Mertens por Chadli. Se activó una pizca Bélgica. Se fue el desaparecido Lukaku. Y también Dembélé para dar entrada a Fellaini. Y el futbolista del United logró el empate. El centro de De Bruyne lo cabeceó de forma magistral el del United. Nada pudo hacer Rais, que poco antes había salvado un mano a mano con Origi. 20 minutos para empatar. Para demostrar que esta talentosa generación belga puede enamorar en este torneo. A por todas. El toque, olvidado. Con Fellaini de referencia. Y los africanos, fundidos. Rotos. Volvió a aparecer Hazard, que aprovechó un dudoso robo de De Bruyne -se reclamó falta-, para centrar a Mertens -otra vez desde la derecha-... Y el del Nápoles fusiló a Rais. Remontada. Con sufrimiento. Jóvenes, diablos, y preparados.