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Ignacio Tylko
Lunes, 16 de junio 2014, 20:20
Flota en el campo, mueve al equipo, maneja los tiempos, dirige, asiste, llega y es un prodigio a balón parado. Ya con 35 años, Andrea Pirlo impartió su enésima lección magistral de cómo se juega en la selva de Manaos, donde un clima infernal y ... un césped indigno dificultaban el lucimiento y le provocaron un enorme sofocón, un sudor de sauna. Le aguanta el físico porque es un grande y los genios hacen correr el balón. Poseen el don de saber colocarse en el sitio justo y el momento oportunos para hacer los esfuerzos precisos.
Pese al enorme empuje y presión de los jóvenes valores ingleses, acreedores al menos a un empate por el osado plan de Roy Hodgson y la notable ejecución, Pirlo fue tan inteligente que ofreció un centenar de pases, de ellos sólo cinco errónes, fue objeto de una falta y no cometió ninguna. Descarga, se mueve y encuentra siempre en lugar despejado. Son ya 110 partidos y 13 goles con los azzurri desde que debutó en Azerbaiyán en 2002.
Con esa barba que se dejó por aburrimiento hace un par de años y que le da un aire interesante a su rostro puntiagudo, se asemeja más a un profesor de Filosofía o Historia que al típico futbolista metrosexual. Ofreció dos acciones antológicas que quedarán grabadas en el disco duro del Mundial: el balón que dejó pasar para que Marchisio lo incrustara en la portería de Hart y ese tiro libre que al final golpeó en la escuadra y en el que engañó al guardameta Pross como si fuera un penalti desde 25 metros.
El Arquitecto de este renacimiento italiano, como así le definen sus compañeros, se doctoró cuando Carlo Ancelotti decidió retrasar su posición en ese Milan donde formaba el eje con el rudo Gatusso y el irreverente Seedorf. También le llaman Trilli Campanellino, la mágica Campanilla en Peter Pan, la película de Walt Disney.
Disfruta de su último Mundial en Brasil, cuna del fútbol arte aunque Luiz Scolari se empeñe en llevar la contraria a la idiosincrasia y tradición de su pueblo. Quiero dar paso a los jóvenes y dedicarme en cuerpo y alma a la Juventus, avanzó recientemente este centrocampista a quien Carlo Alberto Parreira, el segundo en la Seleçao, definió como un Zico por delante de la defensa.
Italia cambió gradualmente su estilo bajo la dirección de Cesare Prandelli, pero el juego de su cerebro se mantiene. Pirlo no es una máquina pero es el metrónomo de Italia porque marca el tiempo y el compás de la composisión. Se siente más feliz aún con la aparición del emergente Marco Verratti, centrocampista del PSG que podría ser el sustituto natural de Pirlo en la elección y tal vez también de la Juve. Me encanta jugar a su lado porque facilita las cosas, arguyó Pirlo tras el exitoso estreno mundialista ante los ingleses.
Andrea está encantado con Prandelli porque les permite jugar con resolución y poner el énfasis en ataque. Además, es capaz de alternar varios sistemas con facilidad y eso es fundamental cuando tienes enfrente grandes escuadras. No reniega del ADN italiano, que siempre ha sido la solidez del equipo, pero hoy los transalpinos son capaces de desarrollar un juego colectivo en el que muchos pueden colaborar en ataque, no sólo los delanteros. No descarta lanzar otro penalti a lo Panenka. Ya veremos. Es sólo una cuestión de autocontrol.
El sueño de Guardiola
El niño prodigio de Flero, en la provincia de Brescia, se siente muy valorado por la afición española y le llena de orgullo. Le emocionaron la ovación que le brindó el Santiago Bernabéu, puesto en pie cuando jugó este curso con la Juventus, y también el Vicente Calderón en el último amistoso entre España e Italia. Flirteó con Josep Guardiola para refozar al gran Barça y Fabio Capello también lo quiso en el Real Madrid. El chaval que idolatraba a Lothar Matthaus por su desempeño y liderazgo y porque lideraba al Inter, el equipo de cuna de Pirlo, tiene la espinita clavada de que los neroazurri no le quisieran, quizá por bajito y débil. Se mira siempre en el espejo de España y aún de Xavi e Iniesta. Y advierte de que pronto aterrizará para quedarse el ahora lesionado Thiago Alcántara. Pese a la derrota dolorosa ante Holanda, Pirlo cree que España, Brasil y Alemania siguen siendo los favoritos. Pero el eterno Pirlo sueña con la final de Maracaná. Sería un logro enorme y un sueño hecho realidad para todos nosotros.
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