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Rodrigo Errasti Mendiguren
Jueves, 12 de junio 2014, 21:54
No por ser esperado deja de ser menos sorprendente. Que en el Arena Fonte Nova de Salvador de Bahía se vaya a disputar un partido de fútbol en unas horas parece increíble. Mucho más que sea el primer partido del vigente campeón mundial. No hay ... ni una sola zona de este estadio que esté realmente terminada. Hay operarios en todos los lados terminando asuntos muy básicos: asientos en algunas zonas de la grada, instalaciones eléctricas para iluminar zonas y tener red o aire acondicionado, tiendas oficiales sin moqueta, una última mano de pintura al palco, paredes que están siendo pulidas tras el último repaso de un cemento que sigue llegando en sacos y aún se pone en alguno de los vomitorios que dan acceso a las tribunas, gente fijando los hierros que son la improvisada escalera de los accesos a la zona de prensa, lonas para tapar enormes zonas unidas con tubos de aluminio, montaje de las cabinas en las que los aficionados podrán estar en las horas previas del partido, panelaje con la información para que cualquier persona se pueda mover por el estadio...
«Está todo por terminar. Es alucinante que esté así a unas horas de empezar un Mundial. Ni en los campeonatos inferiores hemos visto algo igual», reconocía un miembro de la Federación Española de Fútbol que prefiere guardar su identidad. Lo cierto es que para todos los profesionales que acudieron a ver al campeón y subcampeón mundial en la previa lo visto es un caos indigno del estadio que albergará el debut del campeón. Ningún profesional de prensa recuerda una situación similar en un Mundial o Eurocopa. Brasil inauguró el año pasado en la Copa Confederaciones seis de los doce estadios del Mundial, entre ellos este Fonte Nove Arena (junto a otros en Río de Janeiro, Brasilia, Belo Horizonte, Recife y Fortaleza). Entonces FIFA permitió que se utilizaran aun sin estar terminados, pero se contaba con que estarían listos para el inicio del Mundial.
Aún tienen unas horas para arreglarlo, pero la imagen de falta de previsión mostrada por Brasil es tremenda. Durante el día en la ciudad se podían ver voluntarios rematando las estructuras de la 'Fan zone' y en zonas como Pelourinho, pero la sorpresa llegó al acceder al estadio. Tornos de seguridad que no funcionaban, accesos cortados porque no están finalizados, otros sin seguridad, por lo que cualquier persona podía llegar a lugares no autorizados... La información al público es escasa, por lo que veremos cómo llegan los hinchas, ya que todas las 51.708 entradas del estadio están vendidas.
Sin información ni internet
Los aficionados, además, no podrán tener una conexión de internet inalámbrico, debido a los constantes fallos de las compañías telefónicas de Brasil. Los medios de comunicación tuvieron que usar la red de FIFA. Era imposible acceder de otra manera a internet.
La red es otro contratiempo más para cientos de miles de espectadores extranjeros sin contrato de teléfono con una operadora nacional. Se espera que en las próximas horas esos problemas de red, como el resto de asuntos, sean solventados, aunque de momento nadie puede asegurar que todo estará en orden.
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