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A. NNoguerol
El Barco de Ávila
Lunes, 2 de agosto 2021, 00:13
El viaje en el tiempo continúa, desde 1906 hasta la actualidad, para descubrir una marca que siempre ha permanecido en el corazón de la gente por su glorioso pasado, pero que hoy se proyecta hacia el futuro de la movilidad.
En el capítulo 2 de la serie documental sobre los 115 años de historia de Lancia, titulada «Una marca y su identidad única», Luca Napolitano, CEO de la marca Lancia, y Roberto Giolito, Head of Heritage de las marcas Alfa Romeo, Fiat, Lancia y Abarth, hablan sobre la evolución del logotipo y el origen de los nombres de los coches emblemáticos de Lancia
«Lancia es ... una marca con una identidad que se afirmó en sus primeros días y se mantuvo sin cambios durante 115 años», ha comentado Luca Napolitano, CEO de la marca Lancia. «Una fuerte identidad que se plasma en un logotipo elegante y distintivo, pero también en los nombres de modelos emblemáticos que han aparecido en los sueños de millones de entusiastas. Están inspirados en el alfabeto griego y en las calzadas de la antigua Roma. Este es un legado del que solo otras pocas marcas de automóviles pueden presumir, un legado que queremos preservar y en el que nos inspiraremos para construir el futuro de la nueva Lancia».
El primer logotipo en la historia de Lancia se presentó en 1907 y era muy simple y sobrio. El nombre «Lancia» está escrito con letras mayúsculas blancas sobre un fondo oscuro y rectangular. La «L», considerablemente más grande y ligeramente desplazada, es un elemento estilístico que distinguiría al logotipo durante décadas. La fuente es clara, con serifas en las esquinas de las letras. Ese mismo año también se lanzó una versión «más delicada» del logo, que convivió con el primero y en el que la palabra Lancia aparecía en cursiva dorada. Esta versión más sinuosa y elegante combinaba a la perfección el estilo de los primeros coches producidos por el fabricante de automóviles con sede en Turín con la estética de esa época, dominada por el Modernismo.
A raíz de su creciente éxito, Vincenzo Lancia quería un logotipo impactante para sus creaciones, uno que todos pudieran reconocer a primera vista, que encarnara los valores y el espíritu innovador de sus coches. En 1911, confió la tarea a un querido amigo suyo, el Conde Carlo Biscaretti di Ruffia, ilustrador, publicista y gran aficionado a los coches, además de ser el fundador del Museo Nacional del Automóvil de Turín.
«Biscaretti di Ruffia diseñó cinco bocetos diferentes, dibujados a mano y pintados con acuarelas», explica Roberto Giolito, director de Heritage de las marcas Alfa Romeo, Fiat, Lancia y Abarth. «Vincenzo Lancia seleccionó el que mejor representaba la filosofía de la marca, con algunos de sus elementos característicos: un volante de cuatro radios, un acelerador manual, una bandera rectangular y un asta con forma de lanza. Solo unos pocos elementos, todos bien planteados, algunos de los cuales se mantendrían inalterados en el tiempo». El nuevo logotipo comenzó a usarse en 1922.
En 1929, el logotipo de Lancia volvió a cambiar de forma y alrededor del volante apareció un escudo triangular, un elemento estilístico que permanece en la actualidad. Diseñado por Biscaretti di Ruffia, se estilizaron algunas de las claves de diseño del logotipo, con los colores ya establecidos: el azul se usó para el escudo, la bandera y la lanza, el fondo y el volante eran blancos, y los perfiles y la mayoría de todas las letras estaban adornadas con el color dorado.
En 1957, cuando se presentó el Flaminia, apareció un nuevo logotipo: sobrio, pero noble y elegante. Fue un restyling radical, cambiando a un estilo más refinado. El escudo y el volante fueron reemplazados por formas geométricas simples y estilizadas y el anterior uso generalizado del color fue reemplazado por dos tonos: azul y plata. Sin embargo, esta versión conserva dos de sus rasgos característicos de diseño: la lanza que sostiene la bandera y la propia bandera marcada con «Lancia», nuevamente en mayúsculas, así como la imprescindible inicial «L».
En 1969, cuando Lancia fue adquirida por el Grupo Fiat, el logotipo sufrió otro importante rediseño. De hecho, el logotipo rectangular «original» de 1907 se renovó y actualizó. El primer automóvil en usar el nuevo símbolo fue el Beta de 1972. En 1981, se produjo una nueva evolución, una vez más construyendo un puente con el pasado. El diseñador Massimo Vignelli aplicó todos los elementos utilizados en logotipos anteriores, tomando como punto de partida la versión de 1929 y actualizándola. El escudo, la lanza, el volante y la bandera se estilizaron, mientras que la elección de colores se limitó a una alternancia entre el azul y el blanco. Por primera vez, se ajustó la letra «L» al mismo tamaño que las otras letras.
Los principales cambios que se produjeron en la marca Lancia en los primeros años del tercer milenio también afectaron al logotipo. En 2007 se produjo una revolución desde el punto de vista estético, aunque se mantuvieron algunos de los elementos más típicos del ADN de la marca. En primer lugar, el color azul, más oscuro y brillante, y un escudo contorneado. El volante se actualizó por completo aplicando las reglas del minimalismo, con los cuatro radios transformados en dos «puntas» arriba y abajo de la palabra «Lancia», y haciendo desaparecer la lanza y la bandera.
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