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Santiago de Garnica Cortezo
Jueves, 24 de marzo 2022, 12:40
Era la época de las faldas plisadas, de los calcetines blancos y de la música de un tal Elvis que llegaba de los Estados Unidos. Italia, como el resto de Europa, dejaba atrás la posguerra y ahora se trataba de proporcionar a las familias el ... máximo volumen interior con un recogido tamaño exterior.
El coche nació del espíritu genial de Dante Giacosa, autor de los más famosos Fiat de los años cincuenta y sesenta, entre ellos nuestro siempre amado 600. En realidad, el Multipla partía de este último y el objetivo era, nada menos, que crear un automóvil para transportar seis ocupantes con un tamaño de 3,53 metros de largo. Económico a la hora de adquirir y mantener, era un modelo innovador sin ningún rival parecido que le pudiera hacer la competencia.
Tomaba prestada la mecánica de la berlina 600, de 633 cc y 21,5 CV de potencia que se mantenía en su posición original, es decir, trasera y en voladizo. Pero a partir de ahí todo cambia. Giacosa eleva la altura del techo mientras lo extiende hacia adelante, más allá de las ruedas delanteras, al mismo tiempo que «estira» la plataforma. La parte delantera del coche es casi completamente vertical, como en un pequeño autobús. Tiene cuatro puertas: dos delanteras, que se abren contra marcha, y dos traseras.
Estéticamente es un coche que parece viajar, al contrario, con una parte trasera más estilizada y aerodinámica, pero que es capaz de albergar tres filas de asientos y hasta seis personas en su interior.
Para ello, Giacosa colocó los asientos delanteros justo encima de las ruedas delanteras, aprovechando que no había motor delantero, permitiendo que los asientos que servirían como delanteros en el 600, se convirtieran automáticamente en los traseros del nuevo modelo. Detrás de ellos, podía ir una tercera fila de asientos, o bien un espacio libre disponible para llevar el equipaje.
Todo un ejemplo de versatilidad del automóvil -espartano pero eficiente- permite abatir con mucha facilidad una o ambas filas de asientos traseros para obtener un plano de carga uniforme de casi dos metros de largo. Así, el coche puede transformarse en una diminuta autocaravana creando una «cama doble», como se describe en el anuncio de la época.
La versión Taxi se extendió como la pólvora en las ciudades italianas y se convirtió en uno de los iconos italianos del crecimiento económico. En 1960, Fiat actualizaría su gama: nacía así el 600 D. La cilindrada aumenta y las prestaciones mejoran sin aumentar el consumo: los bajos costes operativos siguen siendo la clave del éxito del 600. El Multipla se actualiza de forma paralela, mejorando sus prestaciones. Esta mejora también aumenta la popularidad del Multipla en la versión Taxi.
En el Multipla taxi, el asiento del copiloto se sustituye por un portaequipajes, mientras que el salpicadero alberga un taxímetro. La carrocería exterior permanece sin cambios, mientras que la parte trasera de la cabina está equipada con dos asientos y dos asientos plegables para acomodar de dos a cuatro pasajeros.
Fiabilidad y bajos costes operativos son las bazas de la versión Taxi que invade las grandes ciudades italianas convirtiéndose en uno de los iconos del boom económico. El color típico de los taxis italianos de los años sesenta es el bicolor: negro en la parte superior de la carrocería y verde botella en la parte inferior. El Multipla, con estos colores, es una imagen que podemos ver en muchas de las películas italianas de la época. Además, el 600 Multipla se convertiría en el coche de servicio por excelencia de muchas empresas italianas.
El Multipla italiano inspiró a una empresa española especializada en transformación de carrocerías, Manufacturas Railly S.A. (MARSA), a ofrecer su propia idea del Multipla a Seat. Se presentaron dos ejemplares en el propio stand de Seat en la Feria de Muestras de Barcelona de 1959 pero, finalmente, el proyecto no saldría adelante. MARSA llegó a realizar, por cuenta propia, hasta veinte unidades, algunas de ellas eran en realidad transformaciones sobre la base de 600 usados.
Al volante del Multipla de 1955, bien no responde a los criterios actuales, no deja de ser un coche ligero, fácil de llevar y con un motor alegre. Es cierto que, a la hora de frenar, los cuatro tambores pueden sorprender a un usuario moderno acostumbrado al tacto y eficacia de los frenos de disco, pero permiten detener sin problemas los menos de 800 kilos del coche.
El Multipla desaparecería, tras venderse 109.976 ejemplares, a mediados de la década de los sesenta, en 1966. Luego, en plena la fiebre de los monovolúmenes, en 1999 Fiat presenta un nuevo Multipla de formas muy originales y controvertidas, pero eso ya es otra historia.
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