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Noelia Soage
Madrid
Jueves, 12 de agosto 2021, 13:14
Más de un centenar de señales ubicadas en las carreteras españolas son desconocidas para la gran mayoría de conductores. No aparecen recogidas ni en el Reglamento General de Circulación ni en el Catálogo Oficial de Señales Verticales. Como consecuencia no se estudian o recogen en ... la normativa de las autoescuelas a la hora de prepararse para lograr el carné de conducir.
Esta situación afecta a 125 señales y carteles nuevos y otras 20 señales anuladas por los tribunales. Todo ello provoca inseguridad para los conductores que, dependiendo del municipio en el que se encuentren, se pueden ver diferentes señales, generando confusión, multas sorpresa y, en general, una situación muy peligrosa respecto a la seguridad vial, según advierten tanto las organizaciones de conductores como los fabricantes de marcas viales.
«Muchas de las que existen en las vías españolas no son oficiales, e incluso las que se recogen en el Reglamento y en el Catálogo no son las mismas», asegura el presidente de la Asociación de Fabricantes de Señales Metálicas de Tráfico, Afasemetra, Francisco Cano. De hecho, en dicho Catálogo «si bien se ha trabajado en su revisión en distintos años, no se ha llegado a publicar, ya que implica el cambio del Reglamento General de Circulación. Y menos lógico es que llevemos casi 30 años en los que no se actualiza», añade Cano.
Un claro ejemplo es la señal «RED», que los conductores solo verán en la ciudad de Santander (señaliza las calles con alta densidad de tráfico), y que no se encuentra en ninguna normativa legal. En concreto, la Ordenanza de Circulación de Santander ha creado una «norma» que indica que «las vías urbanas consideradas de alta densidad de circulación, son objeto de una especial vigilancia», es decir, rotondas, túneles y calles del casco antiguo. En este punto cabe preguntarse «qué señales están estudiando actualmente los futuros conductores en las autoescuelas, si las que están en el reglamento en vigor desde 2003, o las normativas municipales, provinciales, autonómicas o estatales», asegura el presidente de Afasemetra.
Aunque enfatiza que «el mayor peligro para un conductor es no identificar rápidamente una señal. Esos segundos que tardamos en identificar la señal y reaccionar a su mensaje son esenciales en la conducción, y cualquier duda puede ocasionar un accidente».
Según Automovilistas Europeos Asociados AEA, el mayor problema es que una sentencia del Supremo autorizó a los ayuntamientos a «inventar» señales no contempladas en la legislación del Estado, lo que en su opinión «vulnera el derecho a la libre circulación de los españoles por el territorio nacional con garantías de igualdad (art. 19 CE), y pone en grave riesgo la seguridad vial de millones de ciudadanos –y visitantes extranjeros– a los que se le obliga a conocer las señales que pudieran inventarse los más de 8.000 ayuntamientos que existen en nuestro país», explica Mario Arnaldo, presidente de AEA.
Así, desde la asociación han presentado un recurso de amparo, que ya ha sido aceptado por el Tribunal Constitucional y del cual se espera respuesta. «Imagínense lo que podría ocurrir si a cada uno de estos miles de ayuntamientos españoles se les ocurriera pintar de colores los pasos de cebra, o sustituir señales de STOP por girasoles... Eso por no hablar del idioma a utilizar en los paneles complementarios de las señales. Eso sería el caos», puntualiza.
El caos empeora cuando se pueden recibir sanciones por dichas señales «no oficiales», como las «RED», o por superar límites de velocidad interpuestos por señales nuevas, restricciones de acceso o demás acciones. «Puede ocurrir ya que para ellos (las administraciones que las colocan) son un acto legal», según Arnaldo. No obstante, aconseja recurrir «siempre ante todas aquellas que no estén el Catálogo Oficial de Señales».
Por su parte los fabricantes de señales de tráfico piden disponer de directrices claras e inequívocas de cómo han de ser las señales a la hora de fabricar. «Han pasado 18 años desde la última modificación del reglamento, en los que hemos venido fabricando nuevos modelos de señales que no están cubiertas por ninguna legislación nacional, como sería deseable», asegura el presidente de Afasemetra. Como añadido, los fabricantes también denuncian que no son informados tampoco de nuevas señales «de las que aún no conocemos el número de código, pero que ya se ven por las vías», como serían la de zona de bajas emisiones, nuevas zonas limitadas en ciudades ó tramos peligrosos.
Asimismo, ponen el foco en que «en nuestras carreteras existen señales muy antiguas que hay que revisar. El material retrorreflectante que llevan para que se puedan ver por la noche se deteriora con el paso de los años y podrían haber perdido su capacidad de devolver la luz de los faros», detalla Cano. De hecho, sus estimaciones, tras realizar un estudio en 2019, son que «hay que revisar cerca de 2.300.000 señales y 350.000 m2 de carteles porque la garantía del fabricante ha vencido», concluye.
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