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Santiago de Garnica Cortezo
Viernes, 23 de junio 2023, 20:00
Linda Christian y Alfonso de Portago. Para los cinéfilos ella era la actriz de 'En Armas' (1944), 'Vacaciones en México' (1946), 'Capitán de Castilla' (1947), o la compañera de Johnny Weissmuller en 'Tarzán' (1948), sin olvidar que fue la primera chica Bond en 'Casino Royale' ( ... 1954). Para los amantes del mundo del corazón, era la esposa de Tyrone Power y madre de Romina, la mujer de Albano. Pero para los aficionados a la historia del automovilismo fue la protagonista del último beso de Alfonso de Portago (1928-1957), el legendario piloto español del equipo Ferrari de Fórmula 1 en los años 50.
Alfonso Antonio Vicente Eduardo Ángel Blas Francisco de Borja Cabeza de Vaca y Leighton, VIII marqués de Portago, XIII conde de Mejorada del Campo, Grande de España, y ahijado del rey Don Alfonso XIII, estaba casado con la americana Carroll McDaniel con quien tendría dos hijos, Antonio y Andrea. Esta última, famosa modelo de los años setenta y perteneciente al círculo de Andy Warholl, es en la actualidad quien ostenta el título de su padre.
No era un matrimonio modélico. En realidad, para Carroll, una sureña de gran fortuna, Fon Portago era ante todo la llave que abría la puerta (algo que no conseguía su dinero) de los ambientes de la aristocracia y realeza europeas: nunca se le olvidará su presentación a la que sería una de sus mejores amigas: la Duquesa de Windsor.
Y, por su parte, el atractivo Portago que despertaba la locura de las jóvenes, no cerraba las puertas a otras relaciones. La más seria fue con la modelo –en aquellos años se decía maniquí– Dorian Leigh, una de las musas del fotógrafo Richard Avedon. Hay quien dice que esta bellísima mujer, en la que Audrey Hepburn se inspiró a la hora de interpretar a Holly Golighty en 'Desayuno con diamantes', fue la única mujer que Fon amó verdaderamente.
En cualquier caso, con ella tuvo un hijo, Kim, y Carroll decidió que aquello había ido demasiado lejos y se volvió con los suyos a los Estados Unidos. De esta forma, cuando De Portago regresó con una pierna escayolada tras un accidente en el circuito británico de Silverstone se encontró con el elegante piso de la parisina Avenida Foch sin un solo mueble, salvo la cama de matrimonio. La mandó colocar en el centro del salón, cogió el teléfono y empezó a llamar a sus amistades... femeninas.
La última y más sonada de sus conquistas fue Linda Christian. En realidad, quien entró primero en contacto con ella fue Edmund Nelson. Este era más que un amigo, en realidad un padre para Fon al que conoció cuando Edmund era recepcionista del Hotel Plaza de Nueva York donde se alojaron los Portago en los años cuarenta durante un largo periodo. Nelson tenía 12 años más que Alfonso y ejerció una importante influencia sobre el joven aristócrata que acababa de perder a su padre a los 18 años. El tiempo les hizo inseparables. Nelson será quien le introduzca en las carreras de coches como en su día lo hará con el 'bobsleigh' hasta llevarle, con un equipo español creado por ellos, a participar de forma brillante en los Juegos Olímpicos de 1956 en Cortina D'Ampezzo.
Un día en que la huelga de taxis paraliza París, Nelson coincide con Linda Christian en un autobús que los lleva desde el aeropuerto de Orly hasta el centro de la capital francesa. Entran en conversación e intercambian direcciones. Nelson habla de este encuentro a Alfonso y ambos la volverán a ver en L'Elephant Blanc, una bôite de moda en París a la que acuden muchos americanos.
La belleza y sentido del humor de Linda conquistan rápidamente a Fon. Además, la actriz se da cuenta rápidamente de la profunda amistad que existe entre Edmund Nelson y Fon de Portago y al contrario que otras conquistas del español, nunca intenta interponerse entre ambos lo que favorece su relación con el piloto. El 12 de mayo de 1957 se disputa una nueva edición de las Mil Millas, la famosa carrera que lleva a los participantes de ida y vuelta a Brescia pasando por Roma. Es una prueba legendaria que viene de los años veinte y que ya en los cincuenta en que los pilotos arriesgaban su vida cada domingo, se consideraba excesivamente peligrosa con los potentes coches lanzados a más de doscientos kilómetros por hora por las carreteras de entonces.
Fon de Portago, copilotado por Nelson, forma parte del equipo Ferrari. Ni a uno ni a otro les hace mucha ilusión estar ahí. A Portago no le gustan las carreras largas y últimamente tiene ciertos presentimientos. Nelson piensa que el estilo de conducción de Fon no le dejará llegar a los treinta años, pero es su amigo y tiene un cierto sentimiento fatalista de la vida. En cualquier caso, Enzo Ferrari ha convencido al español de que, si quiere seguir en su equipo de la Fórmula 1, ha de correr esta carrera de Sports.
Salen de Brescia a las 5 horas y 31 minutos de la madrugada, de ahí el número que porta el rojo coche, un 335 S de 450 CV. Cuando se acercan a Roma van en cuarta posición. En la Ciudad Eterna está previsto uno de los avituallamientos. Allí aparece Linda Christian que se funde en un beso con su amado. Los fotógrafos inmortalizarían la escena. De Portago arranca y el Ferrari se pierde en el horizonte. La actriz se dirige al aeropuerto para tomar un avión. Quiere estar en Brescia para esperar a Alfonso.
El Ferrari número 531 se acerca a la localidad de Gudizzolo a 240 por hora. En el avituallamiento cerca de Bolonia los mecánicos le han advertido de un problema en el eje delantero. Parece que una rueda roza con la carrocería, pero Fon no espera. Ahora ya es tercero y solo les quedan 68 kilómetros hasta la meta. Súbitamente uno de los neumáticos delanteros revienta y el coche se sale de la carretera. De Portago y Nelson morirán junto a nueve espectadores. No fue solo el final de, quizás, el último de los 'Gentleman Drivers' sino también de las carreras entre ciudades por carreteras normales. Y con el trasfondo de un beso de película.
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