Honda Civic Sedán 1.5 VTEC 2020: Casi como un Accord

Honda ha hecho un excelente trabajo de puesta a punto de las suspensiones y de todo el chasis de este Civic y ha logrado un coche que es muy fácil de conducir, con unas reacciones muy seguras y que logra ser muy cómodo y a la vez eficaz incluso en una conducción deportiva.

Esta versión 1.5 VTEC cuenta con un motor de 4 cilindros con un turbo que logra una elevada potencia específica al llegar a los 182 CV, pero lo mejor es que tiene mucho empuje en un amplio rango de revoluciones y eso hace que apenas tengamos que trabajar con la caja de cambios manual, ya que sus 240 Nm pueden con unos desarrollos muy bien elegidos.

No hay muchos rivales para el Honda Civic Sedán que, con 4,65 metros de longitud, está un poco en tierra de nadie. Demasiado largo para el segmento C y algo corto para el D. Tal vez su principal enemigo sea su hermano, el Civic de 5 puertas. Es algo más compacto y su maletero se queda por debajo de los 500 litros frente a los 519 litros de capacidad del sedán, pero lo cierto es que es mucho más aprovechable, como veremos más adelante.

Esta versión con el motor de 1,5 litros de cilindrada sorprende por su excelente rendimiento, con unos consumos muy ajustados y un nivel de prestaciones que permite disfrutar mucho de la conducción. Gracias a la sobrealimentación, este 1.5 de 4 cilindros ofrece una excelente cifra de par casi constante en un rango enorme de revoluciones. Como tenemos prácticamente el máximo de 240 Nm casi siempre disponibles, el empuje para realizar adelantamientos, recuperarnos en marchas largas o mantener la velocidad máxima de la vía en los puertos de montaña sin usar el cambio hace que el coche vaya muy desahogado y que sus 182 CV sean muy utilizables.

La caja de cambios de 6 marchas tiene unas relaciones de cambio muy bien elegidas para la forma en la que entrega la potencia el motor y es muy agradable de utilizar por su buen tacto.

Los consumos también son excelentes siempre que nos mantengamos en los máximos legales y los reales son muy próximos a los homologados. En concreto, los consumos reales del Honda Civic Sedán 1.5 VTEC durante la prueba han sido:

• Consumo urbano: 7,9 l/100 km

• Consumo en carretera: 5 l/100 km

• Consumo en autopista: 5,7 l/100 km

Para ayudarnos a lograr estos consumos, el Honda Civic cuenta con un modo Eco de funcionamiento que se activa con un pulsador de la consola central. Cuando seleccionamos este modo, el pedal del acelerador se hace menos sensible y la sensación es de tener menos potencia, pero no es así. El sistema nos dará toda la potencia si pisamos el acelerador bruscamente o hasta el fondo, al interpretar que estamos en una situación de riesgo, como un adelantamiento, por ejemplo.

Un detalle que no me gusta demasiado es el bloqueo de la marcha atrás. En lugar de tener un gatillo, que tirar de la palanca o hacer un poco más de fuerza para llevarla hacia la R, en Honda han puesto un bloqueo electrónico. Sólo con el coche detenido por completo se libera el bloqueo y nos deja llevar la palanca hacia el extremo derecho para meter la R. No tiene sentido complicar tanto las cosas y tener que añadir elementos eléctricos que pueden fallar cuando podemos conseguir el mismo resultado de forma mecánica mucho más fiable.

El Honda Civic Sedán es más largo que el modelo de 5 puertas y esta longitud extra hace que su zaga sea la parte que más varía. Pierde la práctica quinta puerta y se conforma con una pequeña portezuela que deja un acceso limitado a un maletero enorme y de formas muy aprovechables.

Otro punto negativo de carecer de portón trasero es que, si abatimos los asientos para ganar espacio, podremos meter bultos largos, pero no muy voluminosos, ya que no caben por la portezuela y tampoco tendremos altura suficiente hasta el «techo» del maletero, como puedes ver en las fotos de la galería.

No todo es negativo en el Sedán. El maletero está mejor aislado del habitáculo y el resultado es que los pasajeros gozan de mayor confort, con un interior menos ruidoso y una mayor sensación de calidad al viajar en él, ya que el hueco trasero no hace de caja de resonancia para los ruidos de rodadura.

Durante los 2.000 km de pruebas este coche me ha dejado un excelente sabor de boca precisamente por eso, porque es muy cómodo para viajar, silencioso y con un rodar de berlina de gran calidad.

Los asientos son muy cómodos y el espacio es generoso, tanto en las plazas delanteras como en las traseras, donde no tendremos problemas con las piernas aunque superemos el metro ochenta y cinco de estatura y los pasajeros delanteros también lleven muy retrasados sus asientos.

Los materiales empleados en el habitáculo del Honda Civic son de gran calidad (salvo las teclas del volante, de plástico que parece el de un juguete) y los ajustes son muy buenos, de modo que no hay ruidos parásitos ni grillos cuando, por ejemplo, rodamos por calles adoquinadas.

La postura de conducción es muy buena y los mandos principales quedan bastante a mano. Tal vez lo que menos me ha gustado es que la instrumentación (aunque completa) tiene elementos poco legibles, como el aforador de la gasolina, que no se ve nada bien dónde está el nivel. Además, el depósito es muy pequeño, apenas 46 litros, de modo que hay que ir relativamente pendiente de este indicador, pues su autonomía es limitada por su volumen.

En el apartado de equipamiento, este Honda Civic Sedán cuenta con un equipamiento muy completo, aunque empieza a estar en desventaja frente a rivales más modernos en materia de conectividad. Disponemos de un sistema de infoentretenimiento con manos libres bluetooth y Android auto, pero los menús están obsoletos y son poco vistosos, el navegador es muy lento de reacciones (algunas indicaciones las da cuando estamos ya casi sobre la línea continua de la bifurcación) y, sobre todo, faltan las aplicaciones que permiten interactuar con el móvil y el coche que tanto gustan en la actualidad. Si soy sincero, a mí ese tipo de aplicaciones no terminan de convencerme y está claro que son una puerta de entrada para hackers malintencionados, pero sus rivales los ofrecen y cada vez son más valorados por el público gadgets como poder abrir las puertas con el móvil, verificar la ubicación del coche en tiempo real, etc.

En lo que no hay queja es en materia de sistemas avanzados de asistencia a la conducción (conocidos como ADAS por sus siglas en inglés), donde disponemos de control de crucero adaptativo, alerta de ángulo muerto, alerta de colisión con frenado de emergencia, sistema de mantenimiento en el carril, asistente de luz de carretera, alerta de tráfico cruzado (muy práctico para salir de los estacionamientos en batería), sistema de reconocimiento de señales de tráfico, etc.

También en confort va muy bien dotado este Civic, que cuenta con unos eficaces faros full led que hacen más seguros y reducen la fatiga en los viajes nocturnos, climatizador de doble zona, columna de dirección regulable en altura y profundidad, techo solar eléctrico, volante multifunción tapizado en piel… no echaremos nada en falta.

Sin lugar a dudas, sentado a sus mandos es donde más se disfruta de este Honda Civic. Su estética puede gustar más o menos, pero hay cosas que no dependen de la opinión y que son hechos y es que su calidad de fabricación es superior a la media de su categoría y que su rodar es formidable.

Si eres de esos conductores que valoran el confort, el Civic te convencerá porque es muy cómodo. Las suspensiones filtran bien las irregularidades, no hay rebotes extraños y todo sucede con suavidad mientras lo conducimos. También es muy silencioso y ofrece a sus pasajeros un confort de viaje excepcional en el que los kilómetros pasan sin fatiga.

Lo mejor de todo es que si nos pasamos al otro extremo y eres de esos conductores con un temperamento más sport, el Civic te regala una conducción muy precisa. Es de los coches que he probado con un mejor eje delantero y esto hace que podamos rodar muy rápido en zonas reviradas con una precisión pasmosa. Está claro que hay un Civic que es el coche de tracción delantera más potente del mundo en este momento y que, aunque éste no es un Type R y sus reglajes no tienen nada que ver, la base se ha hecho con la idea de meter más de 300 CV en las ruedas delanteras.

Para que el morro del Civic se niegue a entrar en una curva o a dirigirse hacia donde apuntamos con el volante hemos tenido que hacer las cosas rematadamente mal antes: o ir pasadísimos de velocidad o acelerar sin sentido antes de tiempo en una zona de poca adherencia. El Civic va donde le digas que vaya con el volante, es una gozada.

Los frenos tienen un buen tacto y aguantan bien el uso sin que la temperatura haga que las distancias de frenado se alarguen cuando los sometemos a estrés.

En ciudad también es un coche agradable de utilizar, aunque aquí sus formas juegan en su contra, ya que la visibilidad no es todo lo buena que debería. Por suerte contamos con sensores de ángulo muerto y cámara para facilitarnos las maniobras y el tráfico urbano.

En definitiva, el Honda Civic cuenta con uno de los mejores chasis del mercado en su segmento y esto se nota en unas reacciones muy seguras que hacen que sea muy fácil de conducir y con un compromiso entre confort y eficacia difícil de igualar.