El fabricante de baterías Northvolt aumenta sus pérdidas hasta los 936 millones

Los fabricantes de automoción rápidamente apoyaron este proyecto y encargaron pedidos para sus ambiciones eléctricas. Es el caso de BMW, que solicitó 2.000 millones de euros de baterías para la siguiente generación de modelos cero emisiones de la marca. Hace una semana, cancelaron este pedido por problemas con la entrega.

Ahora, Northvolt ha publicado sus resultados de 2023 y no son halagüeños: sus pérdidas ascienden a los 936 millones de euros, acentuadas por la pérdida de clientes clave –como BMW o Scania– y a una menor demanda de vehículos eléctricos.

Según su consejero delegado, Peter Carlsson, «la empresa ha tenido que hacer frente a múltiples retos y contratiempos para aumentar su producción en la fábrica de Ett (Suecia)». Además, han reconocido estar revisando sus planes de expansión internacional, «a medida que la producción se vuelve más estable».

Además de la de Ett, Northvolt tiene previsto extender su huella industrial a Gotemburgo (Suecia) de la mano de Volvo, y a Heide (Alemania), para abastecer a los fabricantes locales. La llegada de la ley de inflación (IRA) de EEUU, que favorecía componentes del coche eléctrico fabricados en Norteamérica, hizo que la empresa sueca se plantease erigir una fábrica en ese continente.

La facturación de la empresa ascendió a 119,5 millones de euros, un incremento del 20% en comparación con 2022. Carlsson afirmó que su objetivo es el de alcanzar una cuota de mercado del 25% en Europa de cara al final de la década, lo que se estima que suponga una capacidad productiva de 150 gigavatios anuales.

Sin embargo, Northvolt se enfrenta a la llegada de otros gigantes de las baterías al suelo europeo, como CATL, LG Chem o BYD, que ya tienen planes de construir fábricas dentro de la UE.

Aunque cancelase su pedido, BMW afirmó que contaba con los productos de Northvolt para sus futuros modelos y que valoraba la creación de un actor europeo en un sector estratégico como el de las baterías.

El ministro de trabajo alemán, Robert Habeck, hizo un llamamiento a principios de junio para que levantara otro complejo similar a la planta que ya está construyendo en Heide, por valor de 5.000 millones de euros. De momento, parece que esa decisión va a quedar en pausa.