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María González posa con Trevi, Terrina y Eris. A la derecha, Arrate del Amo con sus ratas, que son sus mascotas.
Rata como animal de compañía
Animaladas

Rata como animal de compañía

A pesar de estar estigmatizados, estos roedores «son inteligentes y cariñosos», según sus dueñas, que cada vez son más

Diego Marín A.

Logroño

Domingo, 14 de abril 2024, 20:41

Un día, por casualidad, María entró a una tienda de animales y allí vio una jaula donde habían abandonado a una rata. «Al ver que no sabían muy bien qué hacer con ella, y que no les hacía mucha gracia su presencia, me ofrecí a cuidarla en casa», recuerda la logroñesa María González. Era una rata egipcia a la que llamó Tina: «Le bastó solo un día en mi casa para desmentirme todos los prejuicios horribles que hay sobre las ratas y robarme el corazón», confiesa María, quien subraya que no buscó expresamente esta mascota sino que, «tristemente, como todos los demás animales que viven conmigo (gatas, perra, pájaros...), son víctimas del abandono».

Al informarse sobre su cuidado descubrió que no son animales solitarios sino gregarios, que necesitan compañía. Contactó con la asociación Ratas en Adopción y adoptó dos más, y así, sucesivamente, llegó a tener seis: Tina, Trevi, Terrina, Eris, Alika y Kesia. «He descubierto un mundo muy desconocido y que está muy lejos de lo que nos han pintado en dichos populares y prejuicios. Y también, gracias a ellas, la gente de mi alrededor que las ha conocido ahora las ven de otra manera: maravillosas. Para mí la palabra rata, en realidad es un halago», afirma María.

Eso sí, reconoce que el cuidado no es fácil porque no debe limitarse a encerrarlas en una jaula, sino necesitan salir e interactuar. «Tienen la inteligencia de un perro y son muy limpias, se acicalan como los gatos, incluso unas a otras», describe María.

«Tienen la inteligencia de un perro y son muy limpias, se acicalan como los gatos»

María González

Expropietaria de ratas

«Ya hay piensos en el mercado para ratas, aunque la comida de gato les aporta proteínas»

Centro Veterinario

Nakuru

«En Alemania y países nórdicos son mucho más comunes y se hacen ferias para sensibilizar»

Arrate del Amo

Propietaria de ratas

Joaquín Laliena, veterinario del centro veterinario Nakuru de Logroño, describe que las ratas «tienen mucho vínculo con los dueños, a pesar de que tienen una esperanza de vida muy corta, apenas dos años». «Últimamente han cogido mucha fuerza, se ven cada vez más, aunque al final todo son modas. Se han usado como alimentación de reptiles y en experimentos, mientras que ahora se ven de colores de distintas razas», expone Joaquín Laliena.

Tina, la rata egipcia que adoptó María.
Una de las ratas de Arrate del Amo.

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Un espacio amplio, algo que roer con sus fuertes dientes y una alimentación específica es lo básico para cuidarlas bien. «Ya hay piensos en el mercado especiales para ratas, aunque, puntualmente, la comida de gato les aporta proteínas», apunta Laliena. Aunque son animales muy fuertes a nivel digestivo, son débiles en cuanto al aparato respiratorio. «Normalmente, como viven poco, pasa todo muy rápido en su vida y son propensas a sufrir tumores. También son muy sensibles a cambios bruscos de temperatura. Y hay que cambiar con frecuencia el sustrato de la jaula para que no haya mucho amoniaco en suspensión. Por lo demás, no hay protocolo de vacunación, aunque solemos hacer una desparasitación interna preventiva», explica Laliena.

Pueden tener depresiones

Arrate del Amo, bilbaína afincada en Castañares de Rioja, ha tenido a muchos roedores como mascota y admite que las ratas son las más sociables. Acude con frecuencia a Países Bajos para informarse en ferias en las que incluso hay concursos de belleza. «En Alemania y en países nórdicos son mucho más comunes, y estas ferias se hacen para sensibilizar. Estaría bien que se hicieran aquí también», opina Arrate. «Son inteligentes y cariñosas, la pena es que están súper estigmatizadas», señala. Si bien, no es lo mismo una rata callejera que otra doméstica. «Comparten el nombre científico pero no es lo mismo porque la rata de la calle vive donde puede, como en alcantarillas, y puede portar enfermedades, pero las de casa tienen control veterinario», aclara Arrate, quien remarca su fortaleza, pero también sus necesidades: espacio y enriquecimiento ambiental. «Es importante que tengan juguetes y que vivan dos o más juntas porque necesitan compañía. Si no, pueden tener depresiones», afirma Arrate.

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