Perros potencialmente peligrosos, ¿o no?

Primero se debe que intentar definir qué es un perro peligroso. La ordenanza reguladora de tenencia y protección de animales de compañía del Ayuntamiento de Logroño todavía vigente, aprobada en 2011, define el animal potencialmente peligroso «todos los que perteneciendo a la fauna salvaje, siendo utilizados como animales domésticos de guarda, de protección o de compañía, con independencia de su agresividad, pertenecen a especies o razas que tengan capacidad de causar la muerte o lesiones a las personas o a otros animales y daños a las cosas», especificando que manifiesten un carácter agresivo, que hayan protagonizado agresiones a personas o animales y hayan sido adiestrados para el ataque.

Con esta descripción tan genérica, la verdad, podría ser declarado peligroso hasta un caniche o un york shire, pero también se aporta un listado de razas, incluyendo sus cruces, para aclarar: bullmastiff, doberman, dogo argentino, dogo de burdeos, fila brasilero, mastín napolitano, pitbull terrier, de presa canario, rottweiler, staffordshire, tosa inu, bullterrier, american staffordshire terrier, dogo del tibet, presa mallorquín y akita inu.

Claro que hay otras razas no incluidas en ese listado, como el kangal, igual o más peligrosas. Y otras, como el dogo de Burdeos, que no se incluyen por la afabilidad del animal, pese al impresionante volumen del mismo, como un mastín. La nueva Ley de Bienestar Animal deja a juicio de las autonomías la declaración de los perros peligrosos, si bien el Real Decreto de 2002, además de un listado básico de razas, establece que estos tienen «fuerte musculatura, aspecto poderoso, robusto, configuración atlética, agilidad, vigor y resistencia», además de «marcado carácter y gran valor», «pelo corto», un peso superior a 20 kilos, cuello ancho, musculoso y corto, cabeza voluminosa y mandíbula ancha, profunda y fuerte.

Este decreto, que luego han imitado las normativas locales, marca que para poder tener un perro peligroso es necesario ser mayor de edad, no haber sido condenado por delitos de homicidio, lesiones, etc., pasar un test de aptitud física y psicológica y disponer de un seguro de responsabilidad civil. Además, los perros deben ser paseados con bozal y correa no más larga de 2 metros y, una cosa que quizá no sepa la mayoría de la ciudadanía, una persona sola no puede pasear a más de un perro peligroso.

Recientemente se ha aprobado en el Ayuntamiento de Logroño la nueva ordenanza municipal, que actualmente se encuentra en periodo de exposición pública con la posibilidad de presentar alegaciones antes de entrar en vigor. La normativa establece que los animales peligrosos son «los que tengan capacidad de causar la muerte o lesiones a las personas o a otros animales y daños a las cosas», prescindiendo de citar razas concretas pero manteniendo las medidas y obligaciones específicas.

«La normativa existente sobre los, para nosotras, mal llamados perros potencialmente peligrosos (PPP) es tan absurda que incluso la misma raza que en una localidad está catalogada así, en otra colindante, no. Se hizo un listado de diferentes razas y sus cruces a los que se les considera así por su tamaño, fuerza, características de la mandíbula... olvidando por completo que otro perro no incluido ahí puede tener comportamientos agresivos sin tener esas características físicas», opina Rosa López Sancho, presidenta de la asociación protectora Colaboración Animal, que cuenta con varios ppp en adopción. «A estos perros se les ha crucificado y se ha conseguido que se sacrifiquen montones de ellos en las perreras o que se queden invisibles en los centros de acogida porque nadie los adopta. Nosotras estamos en contra de esa discriminación porque pensamos que todo depende del dueño que lo acompañe», advierte López.

«Los perros potencialmente peligrosos son, generalmente, de carácter súper amigable, suelen ser muy sociales y juguetones, bastante testarudos, y también pacientes y tolerantes. Sin embargo, son animales muy poderosos a nivel de cuerpo y de boca. Lo que puede hacer un perro de presa es... potente», describe Ana Rodríguez, educadora canina de Dejando Huella, quien recomienda a quien desee tener uno conocerlos bien antes, sus miedos, motivaciones, necesidades... Y extiende la recomendación a los perros de guarda, como pastores alemanes, malinois, australiano, por su fuerte carácter. «No hay que estigmatizar ni generalizar, falta mucha educación por parte de los humanos», piensa Rodríguez.

Julián Somalo, presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de La Rioja, considera que los perros no son peligrosos de por sí pero en situaciones de estrés los hay que pueden causar daños e incluso la muerte a personas. «Es importante educarlos desde cachorros porque, por sí mismos, no tienen por qué ser peligrosos, pero en una situación de estrés realmente pueden serlo, y atacan a las partes más sensibles. Si nos muerde, debemos cubrirnos la cara y el cuello, hacernos un ovillo», advierte Somalo, quien defiende que el perro potencialmente peligroso debe tener una consideración especial por su fisionomía, potencia de mandíbula y peso. «Requieren de un manejo especial, no cualquier persona puede hacerse cargo de ellos. Quizá alguien diga que un caniche puede ser más agresivo, pero una mordida de un perro peligroso puede ser muy grave», asegura Somalo.