Recientemente se ha presentado el nuevo servicio del autobús metropolitano en La Rioja que, entre otras novedades, contará con vehículos eléctricos y paradas a demanda con el fin de favorecer la seguridad de las mujeres. Pero, desde hace dos años, la Consejería de Sostenibilidad y ... Transición Ecológica del Gobierno de La Rioja también permite viajar con mascotas, algo que contrasta con el autobús urbano de Logroño, en el que no se permite subir a animales a bordo. Mientras que en temas de movilidad urbana, al implantar el carril-bici, se pone como ejemplo a las ciudades europeas, en cambio, y a diferencia de, por ejemplo, la permisividad de viajar con perro en los metros de muchas de las grandes capitales, en Logroño no se puede viajar con mascota en el autobús urbano, cuyo reglamento especifica la prohibición de «llevar consigo cualquier animal, salvo que exista en el vehículo lugar destinado para su transporte». Solo es posible viajar con pequeños animales domésticos empleando transportín. Sin embargo, desde o a Logroño, con el autobús metropolitano, sí.
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Tal y como informa el Ejecutivo regional, es posible viajar en el metropolitano con perro, siempre que este porte bozal, esté atado por una correa de no más de medio metro y no sea en horas punta (de 7.30 a 9.30 y de 16.30 a 19.00 horas), si bien en julio y agosto no existe limitación horaria. Tampoco podrá viajar más de un perro en un mismo autobús, a no ser que viajen con un mismo dueño. Por otra parte, si el perro viaja en un transportín, podrá subir a bordo sin restricciones horarias. Sucede lo mismo con otros animales, siempre que no superen los 10 kilos, entre los que se pueden contabilizar los gatos y hurones, estos podrán viajar sin restricciones dentro de un transportín. Y, en cualquier caso, sin pagar billete, solo el dueño o responsable del animal deberá abonar el viaje.
Claro que hay excepciones. «Los perros potencialmente peligrosos no serán admitidos en los autobuses metropolitanos fuera de su receptáculo especialmente habilitado», explica el Gobierno riojano. Y si el animal molesta a los usuarios del autobús, el conductor tendrá protestad para solicitar que este baje del vehículo. «El dueño de la mascota será el responsable de vigilarlo en todo momento para no incomodar a otros viajeros y deberá evitar que el animal utilice los asientos», apunta la Consejería de Sostenibilidad y Transición Ecológica.
El uso del transportín, más habitual en animales de poco tamaño y peso, siempre facilita poder viajar con mascotas en transporte público. En los taxis, por ejemplo, que no están obligados a montarlos, siempre podrán ser más permisivos si el animal viaja en un habitáculo. ¿Y en tren? Según informa Renfe, en los trenes de cercanías es posible viajar con perro, sin límite de peso y sin billete adicional, siempre que vayan atados y con bozal. Por otra parte, en AVE y larga y media distancia se permite viajar con mascota si no pesa más de 10 kilos y lo hace dentro de un transportín o jaula, sea perro, gato, hurón o ave. Eso sí, se pueden aplicar costes adicionales, aunque no ocupe plaza de viajero. En cuanto a los animales de más de 10 kilos, también es posible montarlos a borde del ferrocarril, pero de forma más condicionada y, paradójicamente, también más cómoda en algunos AVE. Renfe indica que es necesario presentarse con 40 minutos de antelación en el Centro de Servicios de la estación para entregar una declaración responsable y una póliza de seguros. A cambio, el perro podrá viajar sin transportín en un asiento. Para ello al dueño se le entregará un kit de viaje con funda para el asiento y chucherías.
Hay que tener en cuenta que estas normas afectan a las mascotas comunes porque, en cambio, los perros guía o de asistencia, sí tienen derecho a montarse con sus dueños. La Ley de Perros Guía Acompañantes de Personas con Deficiencia Visual dicta que estos animales tienen derecho a acompañar a sus dueños a todas partes, casi solo a excepción de los quirófanos, incluyendo el transporte público, incluso los taxis, sin las condiciones de las mascotas. Elena López, propietaria de dos perros (uno de ellos adoptado) y presidenta del Club Vida Perra, defiende que las mascotas pueda utilizar el transporte público, con civismo. «Siempre dentro del sentido común y del mutuo respeto, no veo mal, con ciertos límites, que los perros, incluso de cierto tamaño, se puedan subir al transporte público», expone Elena López.
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«El autobús metropolitano no lo uso pero alguna vez me hubiera gustado montarme en el urbano, viendo, además, que iba vacío. Pero no solo los que viajamos con animales debemos tener respeto por los demás, también los que viajan sin mascota deben tener respeto con el resto de la gente», opina Elena López. «No entiendo cómo en una ciudad en la que se prima viajar en transporte público no podemos viajar con perro en autobús, lo veo incongruente. Siempre, claro, dentro del sentido común: no me voy a montar en el Yagüe-Varea que esté lleno pero sí me parecería consecuente poder montarme con mi perro si el autobús va vacío y estoy en la otra punta de Logroño y quiero regresar a casa», considera la presidenta del Club Vida Perra, quien cuenta su experiencia por Europa, donde ha viajado en transporte público con sus perros sin mayor restricción que abonar su billete. «Cuando he viajado en transporte público con mis perros en Alemania no he tenido ningún problema, he sacado su billete, como si fueran niños, y lo he hecho en una parte donde no molestaba a nadie y había espacio», cuenta Elena López.
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