Secciones
Servicios
Destacamos
La Ley de Bienestar Animal, recientemente aprobada en el Congreso, aunque todavía no ha entrado en vigor, marca una serie de nuevos códigos que pretenden proteger a las mascotas. Entre ellas, uno de los puntos más controvertidos es la esterilización obligatoria de perros, gatos ... y hurones, excepto si son animales de actividad, es decir, de caza, deporte, asistencia, guarda, rescate o cualquier otra acción específica. No es la primera vez que el Congreso aprueba una medida en este sentido. En 2017 ya se prohibió amputar el rabo y las orejas a los perros y extirpar las cuerdas vocales y uñas a los gatos por fines estéticos, aplicando así, 30 años después, el Convenio Europeo de Protección Animal de 1987. Entonces la medida fue aprobada por unanimidad, aunque una enmienda sobre la exclusión de los perros de caza ya suscitó polémica, igual que ahora.
Como prohibición general, la nueva ley impide «la proliferación incontrolada por reproducción de los animales en posesión de las personas, para cuyo cumplimiento los propietarios o poseedores de los mismos deberán adoptar las medidas adecuadas de prevención». El lenguaje es muy neutro y genérico, igual que, en el ámbito de aplicación en La Rioja, marcando que hay que «adoptar las medidas necesarias para evitar la reproducción incontrolada de los animales, de conformidad con lo dispuesto en la presente ley». No obstante, la práctica de la esterilización de las mascotas está ya bastante extendida puesto que las asociaciones protectoras ya dan en adopción a perros y gatos castrados para evitar camadas indeseadas y que provoquen nuevos abandonos. De hecho, la Ley de Protección de los Animales de 2018 ya lo contemplaba de forma mucho más específica: «Los perros, gatos y hurones deberán ser esterilizados bajo control veterinario empleando procedimientos cuyos efectos fisiológicos sean mínimos, anulando la función reproductiva».
La ley regional parece haber ido, en este caso, más rápida que la estatal. «El descenso de los casos de maltrato y abandono es un hecho contrastado en las comunidades autónomas donde se desarrollan programas de educación y concienciación, campañas de esterilización y donde la normativa sancionadora está actualizada y dotada de un evidente componente de disuasión para las personas dispuestas a maltratar a un animal», advierte la nueva Ley de Bienestar Animal. La ley autonómica promueve la identificación y esterilización para evitar la superpoblación y en última instancia el abandono, extendiendo la práctica a la cesión y comercialización de mascotas.
Rosa López Sancho, presidenta de la asociación protectora Colaboración Animal, que trabaja no solo con perros y gatos, también con hurones, roedores y aves, se muestra completamente a favor de la esterilización obligatoria de las mascotas, aunque consideran que la ley estatal no es suficiente, al limitarse a obligar a la esterilización de los animales que se adopten de protectoras o centros públicos. «Así deja fuera a los perros que se regalan (o se venden bajo el nombre de regalo) entre particulares, a los perros de cazadores o a los de criaderos autorizados. Si no es obligatoria la esterilización para todos, el problema va a continuar y los 'juntaperros' van a seguir obteniendo negocio», opina Rosa López, quien señala que todavía hay quien no identifica a sus animales con microchip y, por tanto, provoca que ni exista ni se ejerza control alguno sobre él, algo que no se persigue lo suficiente. «En nuestra asociación tenemos claro que todos nuestros animales se dan en adopción esterilizados, a ser posible, antes de los seis meses de edad», expone.
Otro motivo implícito para la obligación de controlar la reproducción animal es evitar ya no solo el comercio ilegal, también la economía sumergida, pues es habitual la venta o cesión de cachorros de camadas de perros de particulares, sin ostentar un necesario núcleo zoológico, con los permisos oportunos, condiciones sanitarias precisas, controles veterinarios y sin declarar las ganancias ante Hacienda. Con la nueva ley se desea limitar la reproducción a los profesionales del sector, como ganaderos o criadores profesionales.
Pero hay un motivo más, la salud. «En las perras y gatas, una vez que se realiza la esterilización, se reduce mucho la posibilidad de que se produzca un cáncer de mama, que en el caso de los felinos son bastante malignos. En ese aspecto es positivo. Y en los machos se reduce mucho la impulsividad, territorialidad, agresividad... Los inconvenientes más habituales son la obesidad, los animales castrados tienden a ganar peso. En algunas razas grandes puede aparecer algún tumor. Y también puede empeorar el comportamiento de las hembras, la agresividad o las fobias», explica Carlos Bustillo, veterinario de la clínica Bustillo de Logroño. «Ahora mismo no hay una evidencia científica absoluta, está todo muy en debate porque se está estudiando la incidencia de las hormonas sexuales en el organismo, no solo en el comportamiento, la sexualidad o la reproducción, también a nivel biológico», añade el veterinario.
Eso sí, a nivel general, haciendo balance, en opinión de este veterinario la esterilización resulta positiva. «Los beneficios son muy superiores a las objeciones. Los animales castrados viven fenomenal, además de controlar la reproducción y abandono de animales. A día de hoy no hay otra manera. Y el objetivo fundamental es evitar el abandono», piensa Bustillo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.