Jabalina, de una caja de cartón al Europeo de canicross

La de Jabalina es la historia de otros muchos perros, pero con un final extraordinariamente feliz. De ser rechazada por su dueño cuando era un cachorro de días ha pasado, cuatro años después, a participar en el Campeonato de Europa de Canicross que se celebra en Leipa (Alemania). La logroñesa María Marín trabajada de guardia en un hospital veterinario cuando un hombre apareció con su perra y dos cachorros, a los que esta no podía amamantar por una infección. Al no querer hacerse cargo de los recién nacidos, María propuso quedárselos y los bautizó como Nestlé y Jabalina.

En aquel momento María solo disponía de una caja de cartón y unas mantas viejas con las que proporcionó calor y empezó a alimentarlos a biberón a los cachorros. Por desgracia, Nestlé murió a los pocos días pero Jabalina sobrevivió. Pronto empezó la temporada de canicross, modalidad deportiva en la que compite María Marín, y se llevó a la cachorra a las competiciones. «Ha ido yendo a las carreras desde pequeña, y como tomaba biberón cada 2 horas, los compañeros nos ayudaron a cuidarla durante las pruebas», recuerda María. Jabalina sí puede decir que ha mamado el canicross desde pequeña. No es la única aventura que ha protagonizado, también participó en el programa de colaboración del Club Canicross Rioja con Proyecto Hombre en Logroño. Mientras algunos internos se iniciaban en el canicross, otros paseaban a perros como Jabalina, que todavía no tenía suficiente edad para correr y tirar.

Prácticamente el día de su primer cumpleaños fue su debut en competición, en el Canicross de Monzón (Aragón), y junto a María formó un equipo que fue segundo. Su primer podio. Hoy Jabalina es toda una perra, un braco cruzado de 17 kilos, un portento físico. «Es muy loca, muy eléctrica, movida, nerviosa, pero muy cariñosa. Se motiva mucho, incluido con el 'agility', hace los ejercicios muy bien, como si lo hiciera desde siempre, es muy habilidosa y lista. Y ese es el problema, que piensa mucho, porque me hace trastadas», reconoce María. Aunque se inició en el canicross con su otra perra, Tronca (otra superviviente a la que prometió adoptar si sobrevivía una noche que llegó medio muerta al hospital), una lesión de esta ha propiciado el protagonismo de Jabalina. «Le encanta correr, va sola, no necesita perros de referencia, aunque le encanta el agua y se despista en los charcos. Si fuera más grade sería intratable, pero le penaliza que es pequeñita», piensa María.

Y no solo correr se le da bien, también nadar. María le compró un chaleco salvavidas y asegura que Jabalina es capaz de nadar 40 minutos seguidos, que, incluso, a veces tira de ella, yendo en kayak, ideando así el cancros acuático. Aunque, en realidad, Jabalina está aprendiendo a competir en canicross, participa en el Campeonato de Europa de Canicross en categoría senior femenina que se celebra este fin de semana en Liepa (Alemania). «Es una oportunidad con la que no contábamos. No nos hemos clasificado por puesto pero sí hemos hecho las carreras suficientes para puntuar y hemos podido acceder. No podíamos perder la oportunidad, y aunque no tenemos grandes aspiraciones, vamos disfrutar y coger experiencia», admite María, que acude junto a su pareja, el calceatense Roberto Romo, quien también compite, él con Ska y en categoría de veteranos. Ambos pertenecen al Club Rioiia Mushing.

«Vamos a ver los mejores perros y corredores de Europa», subrayan ilusionados. Ambos vienen de competir en el Canicross de Valdefresno (León), en el que Romo venció en categoría de Veteranos y Marín fue sexta. Juntos, ahora mismo, suman diez perros, casi todos adoptados, casi todos corredores de canicross, pero, a excepción de la de Tronca, ninguna historia tan bonita, trágica y entrañable a la vez como la de Jabalina. En la primera serie, Roberto y Ska han completado los 5 kilómetros del circuito en 13.25 minutos, clasificándose en el puesto 65, y María y Jabalina, en 13.50 minutos, clasificándose en el puesto 133 de 229 participantes.

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