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Quien es dueño de un perro por primera vez inevitablemente se habrá asustado en alguna ocasión por lo que parece un conato de asfixia en el animal. En realidad es un estornudo inverso, algo común en los perros. «A diferencia del estornudo convencional, donde el aire es expulsado bruscamente, el estornudo inverso implica una inhalación súbita y ruidosa. Puede ser muy alarmante la primera vez que se produce porque da la impresión de que el animal no puede respirar pero apenas durar unos segundos y no es grave», explica la etóloga Celia Alesanco, autora del libro 'Gatos. Manual de instrucciones'.
«No es una patología sino un síntoma por el cual el animal no tose sino que genera una corriente de aire desde fuera hacia dentro, en lugar de al revés, que es lo normal cuando se estornuda», describe el veterinario Carlos Bustillo, de la clínica Bustillo Veterinarios de Logroño. «No es peligroso porque cuando un animal se está asfixiando realmente, puede que por un cuerpo extraño, no suelen producirse estornudos invertidos, al contrario, hace esfuerzos por toser, igual que una persona», indica Bustillo. Esta sintomatología remite a una patología faríngea, de la boca al interior. «Cuando se inflama esa zona los animales lo notan y el 'rascado' genera esa corriente de aire», describe Bustillo. Una espiga o un grano de pienso pueden provocar esa inflamación y acarrear los estornudos invertidos, lo que obligaría a realizar una endoscopia para extraerlo, aunque también puede haber causas más leves, como una alergia.
«Es más frecuente en animales mayores porque toda esa zona se deteriora, el tejido blando se va cayendo, igual que una persona que ronca. Y sobre todo se da en las razas braquicéfalas, como los bulldog inglés y francés o carlinos, porque tienen un exceso de velo de paladar blando, una entrada de la glotis muy pequeña, y genera procesos inflamatorios», advierte.
Si sucede de forma muy ocasional no debemos preocuparnos pero si se repite debemos acudir a un veterinario. Lo ideal es que tranquilicemos al animal cuando sufre estos procesos masajeando suavemente la zona faríngea. Antiestamínicos y corticoides pueden ser el tratamiento, al margen de extraer el cuerpo extraño, si lo hay, así como la «resolución de las vías respiratorias en esas razas braquicéfalas con cirugía láser para que quede más abierta», detalla Bustillo.
Si el perro no es braquicéfalo, es decir, de hocico achatado, orificios nasales reducidos y cabeza pequeña, el polen, el polvo y otros alérgenos ambientales pueden irritar las vías respiratorias, aunque la inflamación también se puede deber a infecciones.
«Si un animal suele mostrar a menudo episodios de estornudo inverso es importante que su veterinario lleve un control para analizar cuál puede ser la causa y poner solución», indica Alesanco, recomendando limpiar bien el lugar donde habite el animal y reducir el nivel de excitación de la mascota para evitar situaciones estresantes.
«Es crucial controlar los estornudos inversos y buscar atención veterinaria si los síntomas persisten, empeoran o si el animal muestra signos de angustia o dificultad respiratoria prolongada», advierte por último, recomendando, cuando suceda, un suave masaje para incentivar el reflejo de tragar.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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