.jpg)
.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
En otoño, por los trombicúlidos, y en primavera, por la procesionaria, lo cierto es que los ciclos de la naturaleza condicionan los paseos con las ... mascotas incluso en entornos urbanos. El caluroso mes de marzo ha provocado que la oruga procesionaria aparezca antes de lo habitual y, con ella, que se adelante la preocupación de los dueños de los perros. Y es que este insecto lepidóptero es muy peligroso para animales como los perros porque los pelos que les rodean son urticantes y pueden provocar una grave inflamación de las vías respiratorias. Lo bueno, frente a los minúsculos trombicúlidos, es que la procesionaria se ve a simple vista y, por tanto, se puede evitar más fácilmente. La encontramos en pinares, aún en nidos blancos redondeados que cuelgan de las ramas, o bien en el suelo, formando llamativas hileras, como si se movieran en procesión.
«La procesionaria se ve, es fácil de localizar. Puede estar en la masa de monte y siempre en las orillas, en los caminos o cortafuegos. Los bolsones blancos se identifican rápido así que, si los ves en primavera, y más en esta que ya es atípica por la temperatura, por lo que se enterrará mucho antes, podemos evitar adentrarnos en esas zonas», aconseja el director general de Biodiversidad del Gobierno de La Rioja, José Luis Rubio, agente forestal de profesión. Aunque la oruga procesionaria vive durante todo el año, realmente solo es problemática en primavera, cuando desciende del árbol y se entierra como paso previo a convertirse en mariposa, ya en verano. Es en ese tránsito cuando se convierte en peligrosa porque, a su contacto, a modo de sistema defensivo, provoca urticaria, muy molesta para los humanos y, si no se trata a tiempo, mortal en los animales. «No es recomendable aplastarla ni tocarla porque, al sentirse atacada, suelta los pelos urticantes y, en los perros, van a las vías respiratorias y producen infecciones», explica José Luis Rubio.
El veterinario Carlos Bustillo, de la clínica Carlos Bustillo de Logroño, apuesta, sobre todo, por la prevención, evitando los pinares. «Si nuestro animal lo sufre, rápidamente hay que lavar con agua la zona con la que ha tocado la oruga. Hay que tener en cuenta que las espículas, las partes tóxicas que desprende, también nos pueden afectar a nosotros así que hay que evitar el contacto directo. Con agua templada se libera mejor el tóxico, hay que lavar profusamente, sin frotar, mientras acudimos a un veterinario», explica Carlos Bustillo. La irritación puede ser grave, por eso es esencial actuar rápido. «El problema es que los perros, como les genera curiosidad la procesionaria, las muerden o chupan y, al entrar en contacto con el hocico o la lengua, se genera una inflamación terrible en toda esa zona, por lo que hay que tratar con antiinflamatorios, suero e ingresar para mantener en tratamiento y valorar las consecuencias. La lengua se suele necrosar y, a veces, hay que cortar la punta o los laterales», describe Bustillo.
En La Rioja encontramos pinares, sobre todo, en las sierras de Cebollera, de la Demanda, del Moncalvillo y de la Hez, y en Logroño, en los parques de La Grajera, de los Enamorados y del Horcajo. «La oruga procesionaria es una especie a la que le influye el cambio climático porque antes no superaban los 1.000 metros de altitud, porque no soportaban el frío, pero cada vez tienen menos mortandad y se encuentran a mayor altura», advierte el director general de Biodiversidad. Los pinos laricios y silvestres, sobre todo jóvenes, son sus hábitats habituales. «Nunca llegan a matar a los pinos, aunque producen defoliación de hasta el 80%, impidiendo el crecimiento», señala José Luis Rubio.
Por el posible daño a la masa forestal, a los animales y a los humanos, existen tratamientos que permiten reducir el número de procesionarias. «La forma de atacarla puede ser mediante medios físicos, cortando el bolsón y quemándolo, o bien con insecticidas, pero en el Gobierno de La Rioja empleamos el tratamiento biológico con feromonas, colocando cajas trampa para atraer a los adultos y así reducir el número», explica Rubio. Ayuntamientos como los de Logroño, Lardero y Nájera han realizado distintos tratamientos en los últimos años para evitar lo que en la capital riojana se ha llegado a considerar una plaga.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.