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¿Hay que cortar el pelo a los perros en verano? ¿Y abrigarlos en invierno? El sentido común nos hace pensar, en buena lógica, que si en miles en años de convivencia entre humanos y perros estos no han necesitado ni peluqueros ni abrigos, ahora ... tampoco. Pero para todo hay excepciones y el proceso de humanización que están experimentando las mascotas, sobre todo en el siglo XIX, puede hacer pensar que sí parezcan recomendables ciertas prácticas para su bienestar, aunque no sean realmente necesarias, o al menos vitales para los animales.
Desde que los perros viven en las casas con sus dueños y no a la intemperie, acostumbrarlos al cobijo y, sobre todo, a la calefacción, provoca que el animal pueda convertirse en friolero. O simplemente la comodidad humana de no tener que secarles el pelo cuando se mojan por la lluvia hace que les pongamos un abrigo o un chubasquero, sin que sea necesario por su salud. Perros como los pastores y mastines no parecen sufrir las inclemencias del tiempo adverso cuando están a la intemperie gracias a su complexión y pelaje, sin embargo, otros más escuálidos y de pelo corto, como el galgo o el chihuahua, parece que sí pueden ser más propensos a pasar frío, sobre todo si son animales domésticos, acostumbrados a las apacibles temperaturas que proporcionan las calefacciones de las casas.
«Francamente, abrigar a los perros en invierno me parece una tontería, o más bien una comodidad para el dueño para que, si se moja el animal, luego no haya que secarlo en casa, pero razón funcional o fisiológica no tiene en absoluto», advierte Carlos Bustillo, veterinario de la clínica Bustillo de Logroño. «Un animal no necesita abrigos ni gabardinas. Los catarros son rarísimos en los perros, muy poco frecuentes. Y la tos de perrera es algo contagioso, no tiene que ver con llevar o no abrigo», explica Carlos Bustillo. Por otra parte, si se dan hipotermias son en perros de pelo corto que viven en el exterior. «En esos casos lo mejor es que o no vivan a la intemperie o que disponga de un abrigo, lógicamente. Pero, en cuanto a animales domésticos, los abrigos no tienen ninguna funcionalidad, solo estaría justificado en perros muy mayores o enfermos que necesiten un aporte exterior porque regulan peor la temperatura», opina Carlos Bustillo.
Ana Rodríguez, educadora canina de Dejando Huella, solo recomienda los abrigos para los perros propensos a perder rápido la temperatura corporal y ante un frío muy seco, como son los cachorros o los ancianos, si no, no cree que sea necesario. «Los perros tienen el pelo para protegerse del frío y del calor, aunque es verdad que hay razas pequeñas que pueden perder la temperatura. En cualquier caso, es más recomendable un impermeable más que un abrigo o un jersey, que podría ser hasta contraproducente si se moja», advierte Ana Rodríguez.
También hay que abrir un paréntesis a la hora de hablar, por ejemplo, de perros deportivos, como los que practican 'agility' o canicross, a los que sí conviene proteger después de un esfuerzo, ante el inminente cambio de temperatura, sobre todo en invierno, si no con un abrigo o un impermeable, resguardándolos en casa o en el coche. «Los perros, en general, están suficientemente protegidos por genética, si bien los de compañía tienen una línea más delgada. Nos deberíamos plantear, más que el hecho de que tengan frío, que pueden tener demasiado calor en las casas porque su naturaleza les prepara contra el frío», expone Ana Rodríguez, remarcando que salir al exterior, pasear, correr, es beneficioso para los animales, un estímulo necesario para ellos.
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