Preguntas con respuesta: ¿cómo arrancar viñedo?

2. Protección del viñedo viejo. Las viñas viejas, que producen menos, son las que más están en riesgo de abandono o descepe porque apenas se paga la diferencia por kilo de uva. A menos kilos, menos posibilidades de sobrevivir y lo que se pretende es protegerlo ante el temor de que acabe siendo el principal pagano de la crisis.

3. El problema del 'papel'. El caso de Rioja es prácticamente único en el planeta vitivinícola. Mientras en Burdeos, que ya está arrancando viñedo por 6.000 euros, la hectárea vale lo que vale la tierra, en Rioja existe además el valor especulativo del permiso de plantación (papel). Llegó a cotizar hasta a 30.000 euros la hectárea y, aunque ahora su valor es claramente menor porque sobra viñedo, sigue valiendo, al menos en el 'imaginario' de la gente.

4. Arranque 'temporal'. Precisamente por el valor del 'papel', más que un arranque en sí, lo que plantea Bodegas Familiares es un arranque 'temporal' o la renuncia al uso del permiso de plantación durante ocho campañas por parte del titular que solicite la ayuda: es decir, ni puedes producir ni vender el derecho esos ocho años. Si pasados ese tiempo, el viticultor quiere volver a utilizarlo, tendría que replantar en un suelo apto para el viñedo, nunca en original. Además, en ocho años, si la crisis no remonta, probablemente dejará de existir el valor especulativo del permiso por la ley de la oferta y la demanda.

5. Cambios legislativos. Los permisos de plantación caducan a los cinco años y la idea de Bodegas Familiares es ampliarlos a ocho, lo que precisaría un cambio de la legislación europa.

6. La financiación. 6.700 hectáreas a 10.000 euros por hectárea suman 67 millones de euros. Bodegas Familiares propone el modelo francés, con cofinanciación del Ministerio de Agricultura, de los tres gobiernos autonómicos y del propio Consejo Regulador. La apuesta es cara, pero el año pasado se emplearon ya casi 30 millones de euros entre destilaciones y en cosecha en verde (sin aporte del Consejo) y no son medidas estructurales sobre el potencial productivo. La producción de 6.700 hectáreas (al 90% de rendimiento) equivale a unos 30 millones de litros de vino que, cada año, dejarían de producirse en Rioja, con lo que la medida, estructuralmente, es mucho más efectiva.