Pilar Martínez muestra un racimo de uva tempranillo recién arrancado del viñedo para tirarlo en su finca de Canillas de Río Tuerto. Sonia Tercero

Amputar para sobrevivir

Vendimia en verde ·

La viticultora Pilar Martínez relata su «extraña sensación» al tirar la uva.«Nunca pensé que llegaríamos a esto», dice

Lunes, 8 de julio 2024

Hasta el próximo día 15 tienen de plazo los viticultores que han resultado adjudicatarios de las ayudas a la cosecha en verde para tirar las uvas de las parcelas 'concedidas'. En ello se afana estos días Pilar Martínez Villar para 'limpiar' viñas en Canillas de ... Río Tuerto, Manjarrés o Cordovín. «Arrastro una sensación extraña. De tristeza por tener que tirar el fruto de meses de trabajo, pero también de alivio porque vemos que nos aseguramos el cobro, al menos a 58 céntimos el kilo», relata a Diario LA RIOJA mientras tira racimos con granos todavía diminutos. No puede quedar ninguno, todos al renque.

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«Pero es que son de gran calidad», añade en alusión a esas uvas tintas de variedad tempranillo –también tiene viuras– plantadas en una finca que «compró mi padre, con mucho sacrificio, hace dos décadas». Este año no se vendimiará y Javier Martínez, su progenitor, «no lo entiende», reconoce su hija. De hecho, a ella también le cuesta «y yo creo que nadie de quienes estamos en el sector podíamos pensar hace unos años que íbamos a tener que llegar a esto, que una solución para sobrevivir sería tirar uva».

Pilar tiene 46 años y lleva como viticultora «media vida o más. He sido muy feliz, en esta profesión he aprendido unos valores que me acompañarán siempre». Pero con el paso del tiempo, sobre todo de un lustro a esta parte, «he ido perdiendo algo la ilusión: baja el consumo de vino, cae el precio de la uva, hay bodegas que no le compran a los agricultores… Y a todo ello hay que sumar que se acumulan los gastos administrativos, de combustibles, fitosanitarios… No nos dan tregua».

Las cifras

1.760 viticultores

con más de 3.600 hectáreas de viñedo en total se han beneficiado en La Rioja de las ayudas a la cosecha en verde del Ministerio.

14,05 millones de euros

se abonarán a los adjudicatarios de las subvenciones con esta medida que supondrá dejar de producir 18 millones de litros.

Así que cuando se anunció la convocatoria de ayudas a la cosecha en verde, no se lo pensó dos veces. «Me puse en contacto con ARAG-Asaja para tramitar la petición» y acaba de conocer que recibe ayudas para un tercio de su explotación, 3,4 hectáreas de viñedo de un total de diez. Cobrará la subvención en octubre –unos 13.000 euros– «y así me aseguro parte de la cosecha», al margen del dinero que reciba de la Cooperativa del Najerilla, en Arenzana de Abajo, donde vende la uva.

La viticultora de Manjarrés también se ahorrará «algo de dinero al tirar uva. No gastaremos tanto en tratamientos y en asegurar esas hectáreas». Pero esta medida de la vendimia en verde, «aunque paliará el excedente de vino, es solo una solución a corto plazo». En este sentido, Roberto Salinas, agricultor y portavoz vitivinícola de UAGR, expresa su preocupación pensando ya en 2025. «¿Qué vamos a hacer el año que viene? Porque será difícil que haya otra vez ayudas públicas».

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Los derechos y su devaluación

Esas dudas que plantea también las traslada a la hora de hablar de la segunda convocatoria de subvenciones, la que elabora el Gobierno regional –con unos 5,5 millones de euros– para quienes se hayan quedado fuera de las destinadas a cosecha en verde. En ese caso, un requisito será dejar la uva en el viñedo sin vendimiarla «pero entonces sí habrá que hacer todos los tratamientos por igual y los gastos ya se elevan», plantea Salinas, que también discrepa sobre los criterios diferentes que hay en La Rioja o Álava. «Eso desconcierta a quienes estamos en el campo».

Son, en cualquier caso, medidas puntuales. «Una solución al problema sería el arranque del viñedo, voluntario, definitivo e incentivado. ¿Pero quién lo hace con todo el dinero que llevamos invirtiendo en los últimos años?», señala Pilar Martínez. Cree que puede ser una buena salida para «gente mayor que esté pensando dejar las viñas y no encuentre relevo», pero reconoce que «dar este paso también ha de ser muy duro. La vid es un cultivo de larga duración, no cabe rotación como en otros. Además, los derechos siempre han tenido gran valor económico y patrimonial. Aunque también se están devaluando...».

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La fotografía georeferenciada de la viña y las uvas en el suelo

Los técnicos de la Consejería de Agricultura ya están preparados para empezar a visitar los viñedos que han sido beneficiados de las ayudas a la cosecha en verde. «Comprobarán que en las parcelas concretas la vid se ha limpiado por completo de uva y que está en el suelo. Es el requisito», explica el director general de Desarrollo Rural, David Civera.

Es importante documentar que se ha tirado esa uva, cuándo y dónde porque en caso de un desastre natural, por ejemplo una tormenta de pedrisco, se puede denegar la subvención; también se puede anular si la parcela no está en condiciones vegetativas de producción. La solución más sencilla es documentar gráficamente el estado del viñedo antes de la vendimia en verde con una fotografía georeferenciada que ofrece coordenadas incluidas de la ubicación de la viña, las cepas y la uva en el suelo.

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