

Secciones
Servicios
Destacamos
'Cuando hay poca uva, luego hay menos, y cuando se espera mucha... sale más'. Es uno de los dichos que se pueden escuchar estos ... días y es que, tanto bodegas como viticultores se están sorprendiendo con una cosecha que ya se preveía escasa pero que lo va a ser claramente más de lo previsto, ya que no son pocos los técnicos que confirman que se equivocaron en las estimaciones iniciales previas a la recogida. El estrés que la sequía y los cálidos veranos sometieron a las cepas las dos anteriores campañas se está traduciendo en muy poca producción, lo cual merma aún más la maltrecha rentabilidad por hectárea de las explotaciones, pero también, salvando las penurias particulares, contribuye a aliviar los excedentes. Al margen de la cantidad, todo iba de lujo hasta la llegada de un septiembre lluvioso y, pese a que la botrytis ha hecho su aparición y no han sido pocos los remolques rechazados en las básculas por problemas sanitarios, la vendimia afronta su tramo final con resultados heterogéneos –como siempre–, pero también con zonas y viñedos en muy buena disposición.
Viña Ijalba. Logroño. Pedro Salguero continúa vendimiando en Viña Ijalba, aunque la presente será la cosecha más corta en tiempo desde que trabaja en la bodega logroñesa: «Normalmente empezamos a finales de agosto con el tempranillo blanco, pero ya las primeras lluvias nos hicieron esperar hasta el 8 de septiembre y espero terminar el próximo lunes». «Es decir –continúa–, de los 50 días habituales de vendimia que tenemos por la diversidad de zonas y de variedades con las que trabajamos a apenas 30 días». Y corta será también en producción: «Quizás el año de la helada, 2017, que sobre todo nos afectó en los viñedos de La Rioja Alta, tuvimos algo menos de uva, pero la verdad es que las estimaciones que hicimos justo antes de vendimia sí nos daban claramente más uva de la que al final está entrando en bodega».
Salguero aclara que, respecto a la calidad, «estaba más contento en agosto», pero «creo que vamos a tener vinos buenos, sobre todo en los viñedos que tenemos en San Vicente y zonas altas del Najerilla como Camprovín porque llovió bastante menos». «La parte que vendimiamos más al principio sacrificamos un poco de maduración por sanidad, pero lo que ha estado entrando en los últimos días está muy bien, tanto en blancos como en tintos, con un poco más de grado, pero bien vendrá para equilibrar algunas las primeras partidas». «Hay color, las pepitas están bien maduras y, en general, soy optimista para lo que hemos vivido en septiembre».
Pepo Salguero
Viña Ijalba
Francisco Hurtado de Amézaga
Marqués de Riscal
Eduardo Hernáiz
Viñedos Hermanos Hernáiz
Marqués de Riscal. Elciego. En Rioja Alavesa, Francisco Hurtado de Amézaga tiene todavía «ocho o nueve días de vendimia por delante». «Vamos a ver qué pasa esta tarde [por ayer], ya que se espera bastante agua, pero en toda esta zona hasta ahora no hemos visto apenas la botrytis». El veterano enólogo señala que «la vendimia es muy corta, con pueblos en esta zona entre el 60 y 70% respecto a un año normal y, de hecho, la gente, muchos viticultores se han quedado muy sorprendidos cuando recogían las uvas».
En cualquier caso, Hurtado de Amézaga está hasta ahora muy satisfecho con la calidad y, además, con la garantía de que buena parte de la uva ya está dentro de la bodega : «Hombre, el grueso, grueso... este año no hay 'grueso' porque no hay uva –explica entre risas–, pero todo lo que hemos metido, quizás con el grado un poco alto porque la viña echó a correr por días, está muy bien, con color, fruta y buenos aromas, así que puede ser uno de los años buenos a la espera de lo que falta y de los efectos que puedan tener las nuevas lluvias».
Finca la Emperatriz. Baños de Rioja. En la zona más fría de Rioja, pegada a los Obarenes, Eduardo Hernáiz está también en plena vendimia en Finca La Emperatriz: «Hemos metido un 25% aproximadamente y aún estamos con blancos, que vienen con más retraso este año, hasta el punto de que ha entrado antes algo de tinto, lo que no es habitual». «Los tempranillos están sanos y fantásticos y es que en esta zona, una de las más frías y tardías, llovió poco en las últimas tormentas, apenas ocho litros frente a los 40 de Cenicero o Logroño, mientras que las garnachas aún tienen más recorrido en las cepas». Hernáiz cree que puede ser una «muy buena añada aquí, tanto en blancos como en tintos porque no hay problemas sanitarios y las uvas siguen ganando».
Viñedos Hermanos Hernáiz vinifica también las viñas familiares de Cenicero y del entorno de Moncalvillo. Allí la situación ha sido diferente, pero tampoco alarmante: «Las cosas han sido un poco más complicadas. Aparecieron focos de botrytis en Cenicero, porque cayó bastante más agua por San Mateo y tuvimos que acelerar un poco y, sobre todo, hacer mucha selección en campo y bodega porque casi un 15% de los racimos estaban tocados, pero la sensación, con algún depósito ya incluso fermentado, es bastante buena».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.