LA RIOJA
Lunes, 7 de mayo 2018, 19:04
El Financial Times, quizá el diario económico más influyente del mundo, aprovecha los fines de semana para ofrecer entrevistas largas con personajes relevantes de la cultura, de la empresa o de la política. En una sección ('Lunch with the FT'), el periodista le pide al ... protagonista del artículo que elija un restaurante y luego se deja aconsejar por sus gustos a la hora de comer... y de beber. Mientras tanto, como dos amigos diletantes, cultos y entretenidos, van repasando un sinfín de asuntos.
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Este fin de semana, John Paul Rathbone, editor del FT para Latinoamericana, publica un larga entrevista en estilo indirecto con el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. El escritor habla sobre democracia y literatura, sobre el «tercermundista» y demagogo Trump, sobre el amor... y la gastronomía. Y todo ello durante un copioso 'Rioja-rich lunch' ('un almuerzo rico en Rioja'), como anunciaba enfáticamente Alec Russell, el responsable de la edición de fin de semana del periódico.
Vargas Llosa había citado a su entrevistador en la casa de comidas Julián de Tolosa, en la calle Cava Baja, en Madrid. El reportaje enumera lo que comieron, lo que bebieron y lo que les costó. «Vayamos primero a lo importante», le espeta. «¿Qué quieres comer? ¿Y beber? El vino de la casa es excelente». El vino de la casa, según se desprende del menú, es una botella de Muga de la cosecha 2014, por el que les cobraron 28,50 euros. Vargas Llosa no deja de ponderarlo. «Llega el vino -dice el periodista-. Él insiste en que lo pruebe, un Rioja rico y delicado. Chocamos nuestras copas. ¡Salud!»
La conversación continúa. Hablan de Venezuela y de Brasil, de México y de Colombia. Y mientras tanto beben. «Relleno los vasos -dice Rathbone-. El Rioja es realmente muy bueno». Por el camino, están degustando de unos chuletones asados a fuego lento. Cuando los acaban, se piden sendos platos de arroz con leche. «Es un postre estupendo... tan bueno que tanto los franceses como los portugueses y los españoles lo consideran propio».
Una mención sincera, entusiasta y recurrente en el Financial Times tiene seguramente más impacto que una millonaria campaña de marketing. De manera que Mario Vargas Llosa, que recibió el Premio Prestigo Rioja en 1996, acaba de prestar un inopinado servicio a la DOC.
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