El riesgo de botrytis se agudiza tras las últimas lluvias y complica la vendimia

Roberto Ruiz Clavijo, coordinador general de la UAGR, advierte de que «la calidad de la uva se puede ver comprometida», sobre todo si la meteorología en los próximos días «nos deja sol, calor y temperaturas altas. Eso es el caldo de cultivo para que llegue la podredumbre». Por ello, espera que el viento norte alivie la situación «y tengamos jornadas nubladas y frescas».

Es un deseo compartido por los viticultores que, en muchos casos, han adelantado la fecha de arranque «siempre que se pueda entrar al viñedo, porque hay muchos caminos completamente anegados y así es difícil empezar, aunque hemos llegado al momento en el que se generaliza la vendimia», apunta Néstor Alcolea, secretario de Organización de UPA. Espera que las bodegas «no pongan demasiado impedimento a la hora de recoger y entregar uva porque», a su juicio, esperar demasiado tiempo «puede ser contraproducente» ante el riesgo de que el hongo de la botrytis siga haciendo daño.

En Murillo de Río Leza llegaron a acumularse el sábado 36 litros por metro cuadrado –esa cifra superó los 55 en algunos puntos de Alfaro y se elevó a 51 y 47 en Nájera y Uruñuela respectivamente– «y llevamos toda la mañana tomando muestras en el viñedo para saber qué impacto han tenido las últimas tormentas», apuntaba Juan Bautista García, responsable de Bodegas Paco García, en la localidad murillense. La vendimia, en su caso, ya está en marcha y con las lluvias recientes «va a llegar un momento en el que ya no podremos parar».

Todavía no se atreve a decir si están en ese escenario «porque va a ser el estado sanitario de la uva el que nos marque si tenemos que ir más o menos rápido», añade García. Pero sí tiene claro que la situación «me genera un profundo respeto».

El secretario general de ARAG-Asaja, Igor Fonseca, reconocía ayer que «en las zonas donde cayó granizo o donde el viento actuó con mayor fuerza» la preocupación es bastante mayor. Por ello recuerda a los viticultores la conveniencia de «dar parte en cuanto se pueda a Agroseguro» para tratar de minimizar los daños. «En los últimos tiempos se están acumulando estos episodios negativos y el riesgo de perder no solo calidad en la uva sino también cantidad de producción es importante», señala.

El temor a una vendimia más corta en millones de kilos también lo tiene Ernesto Fernández, con viñedos en Azofra, Alesanco, Manjarrés o Cordovín. «Vamos a tardar algún día a poder entrar y a ver qué nos encontramos», sostiene con preocupación, sobre todo cuando habla de los efectos de la botrytis. «No sabemos qué puede pasar», añade. En el otro extremo de La Rioja, en Aldeanueva de Ebro, el gerente de la cooperativa, Abel Torres, pronostica que «nos quedarán unas tres semanas de cosecha pero hay que intentar acabar en dos o incluso antes». La uva que está llegando a los depósitos «es de una calidad excepcional», pero las tormentas del pasado fin de semana pueden afectar a la que se tiene que recoger ahora. Incertidumbre.