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Pintaban 'bastos' para la cosecha 2017, pero con la vendimia ya muy avanzada, Rioja -y más con la que ha caído en la mayoría de zonas vitivinícolas españolas- 'salvará' la campaña tanto en calidad de la uva como en cantidad. La incógnita sobre ... la uva existente empieza a despejarse y, en este sentido, a subzona Baja, aunque no llegará, no quedará muy lejos del 115% preasignado en las normas de vendimia, mientras que la zona definida como 'intermedia' por la afección de la helada (con un 90% de rendimiento preasignado) ha tenido un buena recuperación que permitirá incluso que algunas localidades o zonas rocen dichas producciones.
La zona crítica se quedará, sin embargo, claramente por debajo del 70% presupuesto. Ése es el escenario con el que trabaja al menos el jefe de los Servicios Técnicos del Consejo Regulador, Pablo Franco, quien elude aventurar una cifra global: «El potencial productivo asignado [papel] nos daba una cosecha máxima de 440 millones de kilos, que evidentemente no son alcanzables, pero tampoco puedo concretar más puesto que hay una enorme desigualdad, con poca uva eso sí, en la zona helada».
Vendimia 2017 Por el momento, hasta ayer, las bodegas han recepcionado ya 311 millones de kilos de uva.
Campaña 2016 El Consejo declaró una producción de 462 millones de kilos, de los que amparó 442 millones. Un 'cosechón'.
Potencial productivo 2017 La cantidad máxima de cosecha (potencial) con las preasignaciones de rendimientos (115%, 90% y 70% según la helada) alcanza los 440 millones de kilos.
Franco confirma que la vendimia va a 'toda máquina' y que este fin de semana vivirá el punto más álgido en La Rioja Alta y Alavesa, con lo que prácticamente la cosecha quedará «sentenciada» para la próxima semana: buena parte de La Rioja Baja está cerrada por localidades [es necesario un permiso especial para vendimiar] y, probablemente, para después del fin de semana se habrá cerrado prácticamente todo salvo la zona más dañada, en el Najerilla y en la zona occidental de La Rioja Alta.
Pese a que tampoco pintaban bien las cosas respecto a la calidad hace mes y medio (con alto grado ya en los viñedos y una madurez fenólica más atrasada), las lluvias de finales de agosto fueron 'mano de santo': «Sobre todo reactivaron las plantas y contribuyó muchísimo al equilibrio madurativo, que era un problema que arrastrábamos al inicio de la vendimia», explica el jefe de los Servicios Técnicos. «Por lo que he hablado con los técnicos -continúa- hay grado, pero la extracción de color va muy bien y son muy optimistas respecto a los futuros vinos y sus posibilidades de guarda».
En cuanto a los controles, Franco -que el año pasado sorprendió con los precintados de remolques para controlar supuestos excesos productivos- señala que había «una situación muy heterogénea en la denominación de origen y hemos actuado de acuerdo a la realidad, con mucho esfuerzo en el control de fronteras». «En el 2016 -continúa- trabajamos mucho en la identificación de parcelas porque teníamos una cosecha muy abundante y este año hemos hecho más controles en báscula y de vehículos». Franco insiste en que «no ha habido ni más ni menos, sino diferentes controles, de posibles excesos de producción en zonas como Azagra, y de báscula en las zonas heladas».
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