Parábolas para volar... y para volver a casa

La aventura de la joven de San Asensio comenzó en el año 2015: «Vivía en Londres y en 2016 decidí conocer Sudamérica, las zonas de viña y vino de Argentina y Chile y, al final acabé en el valle de Casablanca, en Chile, donde comencé a trabajar para una bodega familiar, muy similar a la nuestra, y donde pude hacer un poco de todo: viticultura, bodega y también enoturismo».

PARÁBOLAS PARA VOLAR

• Libro-vino 500 ejemplares y 500 botellas de una garnacha de viejos viñedos. Se pueden adquirir por separado en www.parabolasparavolar. com

• Presentación Hoy a las 20.15 en la Gota de Leche, con la autora Estela Lecea.

El trabajo inicial de tres meses se convirtió en un año y allí, con la inspiración del mar de Valparaíso, Estela Lecea elaboró su primer vino, que bautizó precisamente 'Parábolas para volar': «Fueron 300 botellas de una mezcla de pinot noir con syrah, un vino fresco y divertido que vendía directamente en la bodega a las visitas». Desde allí, animó a su pareja, Eduardo Cuesta, entonces de viaje por Asia como mochilero, y se reencontraron en Chile: «Viajamos por Atakama, Bolivía, Perú, Colombia..., y de estos países nacieron aquellos manuscritos que unos años después han dado lugar a la versión impresa de 'Palabras para volar'».

El libro es una especie de cuaderno de bitácora, descripciones y sensaciones que los paisajes y la cultura sudamericana iban despertando en la autora: «Sí creo que puede ser útil para gente joven, viajar es una experiencia, una gran oportunidad para formarse y conocer otras formas de vida». «De todas formas –continúa–, yo tenía claro que lo que tenemos aquí, en La Rioja, en mi caso con una bodega familiar como la de mis padres, es difícil de encontrar en otras partes del mundo, así que sabía que más pronto que tarde iba a regresar».

Quizás no lo tuvieran tan claro en determinados momentos sus padres, ni su abuelo, fallecido hace dos años: «Me carteaba periódicamente con el abuelo y en casi todas sus cartas me decía que el siguiente vino que tenía que hacer se debía llamar 'Palabras para aterrizar'». «Él siempre quiso que volviera –continúa– y, afortunadamente, lo hice antes de que falleciera...».

Quienes están encantados con el regreso son Luis Alberto y Lourdes, sus padres, que han hecho durante muchos años un extraordinario trabajo de recuperación de calados históricos en el barrio de bodegas de San Asensio y han revivido, con una fiesta de repercusión internacional, la técnica ancestral de elaboración por pisado de la uva. Ahora, tanto Estela como Jorge y Lidia (los otros dos hijos del matrimonio) están implicados al cien por cien en el cultivo, la elaboración de vinos y en el enoturismo. Bodegas Lecea ofrece hoy en día una visita por hasta 300 metros lineales de galerías subterráneas donde en los siglos XV y XVI se elaboraba el vino y donde la familia sigue haciendo los suyos: «Estamos ahora rehabilitando un quinto calado, donde además haremos una pequeña sala para elaboraciones especiales».