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Inés Martínez
Jueves, 6 de abril 2017, 22:40
La cuestión ya no es cómo se unen vino y tecnología ni para qué. La cuestión es hasta dónde llegan juntos. La revolución tecnológica que se está viviendo en la viña y la bodega no sustituye a las manos del agricultor, ni a la intuición ... del enólogo, sino que es un apoyo que facilita el trabajo. Esa revolución, el cambio climático, los nuevos canales de distribución, la importancia de los datos, las redes sociales y los posibles límites de la tecnología aplicada al vino centraron ayer la primera parte de las III Jornadas Imaginext.
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La jornada comenzó con la intervención de Carmen García, directora de Soluciones cognitivas para Banca y Seguros de IBM, que destacó que «se ha creado un nuevo poder. Antes eran las que generaban información, ahora todos lo hacemos» y habló de la importancia de las redes sociales para conectar con los clientes. Para García, «el futuro está en la unión del mundo online y offline, el 80% de la población antes de comprar consulta en Internet». Algo que ratificó María Naranjo, de ICEX, que empezó su charla diciendo que «el ecommerce no es ciencia ficción, es una realidad» y recordó a los asistentes que el cliente cada vez es más caprichoso «y busca calidad, compara y el made in Spain vende, somos referencia».
Antes, la mesa redonda 'La tecnología como aliada para la producción de vino de calidad' abordó los posibles límites de los avances tecnológicos en el mundo del vino. ¿Los hay? Preguntó el moderador y jefe de Opinión de Diario LA RIOJA, José Antonio del Río. La respuesta, al unísono, estuvo clara: no. Alberto Guadarrama, de Bodegas Matarromera, y Javier Tejada, de Bodegas Valdemar, concluyeron que «el dron no te hace el vino y si no sabes usar la materia prima, la tecnología no sirve para nada». Lo que quedó claro es que «la empresa que no avanza y se queda quieta, no se queda quieta, va para atrás». Es decir, vino y tecnología son ya un binomio indivisible.
La de la neozelandesa Suzanne Kendrick, directora de marketing de Wine Searcher, fue una de las charlas que más debate generó entre el público. Su objetivo fue enseñar a los bodegueros riojanos cómo su web puede ayudarles a llegar a público como el de China, donde el consumo de vino crece exponencialmente. Y ya en el taller práctico compartió con el público algunos trucos para mejorar el posicionamiento de las bodegas en Google y mostró algunas herramientas de la plataforma de búsqueda que ayudan a saber qué buscan los amantes del vino en internet.
La segunda parte de la mañana comenzó con las manos en alto. Greg Bulckaert, cofundador de Bodeboca, hizo una pequeña encuesta a los asistentes. Ante la pregunta de quién consume y compra vino el 100% de los brazos se alzaron. Pero ante la cuestión de cuántos compran vino online, solo unos 20 de los asistentes se pronunciaron. La conclusión fue clara. En el ecommerce hay mucho negocio. «Aquí hay mucho donde crecer», reconoció Bulckaert. Fue en esta mesa redonda, en la que participaron junto a Bulckaert, Carlos Rodríguez, de Correo; Juan Manuel Bellver, de Lavinia; Marín Naranjo, de Food and Wines, en la que los datos tomaron el protagonismo. Tanto que Ignacio Gurría, conductor del debate, habló del 'Diógenes de datos' «guardar y guardar números y no saber qué hacer con ellos». Unos datos que permiten al vendedor conocer qué quiere el cliente y cómo y cuándo lo quieren. Son el nuevo oro.
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