Poda y vuelta a empezar

«Nosotros ya hace algún tiempo que hacemos la prepoda a máquina», cuenta Jesús, que se encuentra en estos momentos realizando esas labores en las parcelas que tiene al otro lado del Ebro.

Mientras, los chavales que trabajan para él durante todo el año están en Calahorra podando las viñas que él prepodó hace unos días. «La prepoda es importante en términos de seguridad, quitamos los sarmientos que sobresalen para luego no tener problemas», cuenta. «Se van triturando los sarmientos para luego facilitar el trabajo de la poda», explica.

La poda es fundamental para obtener la máxima calidad en la nueva añada. «Es una forma de limitar el crecimiento natural de la planta que si no podría llegar hasta los 30 metros», dice como curiosidad.

Trabajo en familia

«Normalmente este trabajo lo hacemos en familia o con la gente que tenemos contratada todo el año porque es un proceso muy importante del que depende luego como va el resto del año», comenta. «Pero hay que saber hacerlo bien», advierte, para explicar que «se deja un pulgar con dos yemas cada uno, un total de doce yemas en cada viña», dice.

Cuanto antes se empieza a limpiar las cepas, más riesgo existe de que una helada tardía queme las yemas. Por eso, las bodegas que pueden, alargan el proceso hasta marzo para evitar que el hielo destroce la planta. Pero son muchos los agricultores que ya han empezado el proceso aprovechando los días estables de este mes. Empezar antes o después depende, en parte, del personal con el que se cuente.