Termina la vendimia en Rioja

El Órgano de Control de la DOCa Rioja ha determinado que si a fecha de hoy queda algún viñedo sin vendimiar, el interesado debe ponerlo en conocimiento del Servicio de Veedores del Consejo Regulador antes de cortar la uva.

Además, desde hoy, una vez finalizada la vendimia, las uvas que se elaboren fuera de la localidad deberán ser pesadas en origen y destino en presencia, en ambos casos, de un vigilante de vendimia del Consejo Regulador.

La información aportada por el Consejo Regulador indica que la previsión es que en esta misma semana o la próxima, se conozca el informe técnico con los datos de la vendimia; mientras que, como es habitual, la calificación se la cosecha se hará pública, aproximadamente, en el mes de marzo.

A falta de conocer esos datos y la calificación de la cosecha de 2016, todo hace indicar que será de "alto nivel y de una gran calidad", de acuerdo con el buen estado sanitario de la uva que ha entrado en bodega.

Sin embargo, los próximos quince días, con los descubes, serán "claves" para hacer una primera evaluación de esta vendimia, en la que la superficie productiva de la DOCa ha alcanzado las 62.641 hectáreas -759 más que en la campaña anterior-, de las que 58.016 son de variedades tintas y 4.625 de blancas, que cultivan unos 16.000 viticultores de La Rioja, País Vasco y Navarra.

En la primavera pasada, los expertos ya anunciaban una cosecha de alta producción, previsión que, con la sequía del verano, quedó algo mermada, pero las lluvias caídas en octubre han hecho realidad la estimación inicial.

Las últimas lluvias caídas en la DOCa han aumentado la producción de las viñas en cifras superiores a lo fijado en el pliego de condiciones de Rioja y en las normas de campaña, por lo que muchos viticultores han optado por tirar miles de kilos de uva en las viñas.

El pasado día 25, el presidente de la DOCa Rioja, José María Daroca, señaló a los periodistas que tirar la uva evita una bajada de los precios que reciben los viticultores por su producción.

También añadió que, "como viticultor", cree que "debería buscarse un equilibrio y producir lo más cerca posible de lo que se puede comercializar", pero "es casi imposible".