Rioja en la tierra del vodka

"El Salón ha sido un tremendo éxito", aseguró a Efe desde San Petersburgo José Luis Lapuente, director general del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja.

Si el año pasado viajaron a Rusia unas 25 bodegas, este año han participado en el evento cerca de 40 en Moscú y 35 en San Petersburgo.

"La asistencia del público, sobre todo profesionales del sector, también ha sido espectacular. Tuvimos 700 personas en Moscú y en San Petersburgo hemos llegado a otras 600", precisó Lapuente.

Los representantes de la DOCa se van satisfechos de Rusia, seguros de haber cumplido con el objetivo de ofrecer un escaparate de lujo para las bodegas riojanas que trabajan en este país, y sin dudar de que volverán el año que viene.

El ambiente de negocio que se respiraba en los salones del Gran Hotel Emerald de San Petersburgo -con productores, importadores y distribuidores interactuando a todo gas- permite pensar que los vinos de Rioja tienen un gran futuro en Rusia.

Los números así lo demuestran, porque incluso en medio de la crisis económica que vive este país desde hace más de dos años, las ventas de los caldos riojanos han crecido un enidiable 35 por ciento en lo que va de año, en comparación con el mismo periodo de 2015.

Y en el conjunto de los últimos cinco años, la DOCa Rioja ha mejorado en un 50 por ciento su presencia en el mercado ruso.

Creado el escaparate para exhibir e impulsar sus productos de cara a los profesionales del sector, el Consejo Regulador ya ha puesto en marcha una segunda iniciativa que debe consolidar la marca Rioja entre los amantes del vino rusos, clientes de esas tiendas que colocan en sus estantes los caldos riojanos.

El ambicioso programa iniciado el año pasado para formar educadores de vino de Rioja -expertos llamados a expandir sus conocimientos allá donde estén- ya cuenta con una primera promoción de 24 titulados, cuatro de ellos rusos.

"Queremos responder al interés que tiene el consumidor ruso por conocer los vinos de Rioja, para que los integre cada vez más en su dieta, que entienda cómo maridan con la gastronomía rusa", explicó Lapuente sobre el objetivo último del proyecto.

Un sumiller ruso que se acercó hoy al Hotel Emerald reconoció que a diferencia de muchos otros, "los vinos de Rioja son un comodín que puede encajar con casi cualquier comida".

Para Lapuente, los educadores de vino "son diseminadores de conocimiento", que a través de cursos dirigidos a profesionales, degustaciones o clases maestras, "se convierten en una especie de tentáculos" para los vinos de Rioja que llegan mucho más lejos que las acciones promocionales organizadas por el Consejo Regulador.