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Luismi Cámara
Miércoles, 24 de febrero 2016, 12:31
Confianza. Eso es lo que parece faltar al sector tecnológico riojano para dar el paso definitivo al exterior y competir sin complejos frente a empresas, quizás más grandes, pero no más válidas.
uLa Fombera, 9 horas. Recepción y entrega de acreditaciones.
u9.30 horas.
Inauguración
.
u10 horas. Intervención de Paco Álvarez (Amazon).
u10.30 horas. Intervención de José Luis Pulpón (Google).
u11 horas. Intervención de Fernando Aparicio (Alibaba).
u11.30 horas. Pausa café.
u12 horas. Mesa redonda con Lucas Llauradó (Vinissmus), Amaya Cervera (Spanish Wine Lovers) e Iñaki Gurría (JIG).
u13 horas. Lucas Llauradó (Vinissimus).
u13.30 horas. Intervención de Julien Miquel (Social Vignerons).
u14 horas.
Cata interactiva
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u16 horas.
Talleres con Consejo Regulador, Amazon, Telefónica, Emesa y JIG
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u20.30 horas, CCR. Entrega Premios Web 2015.
«No nos lo acabamos de creer. Vamos a otros sitios y nos ... damos cuenta de que lo que nos están presentando ya se hace en La Rioja. Nos vendemos muy mal. Tenemos la creencia de que lo que viene de fuera es mejor y muchas veces no es así». Esta es la opinión de Javier Ridruejo, secretario de Aertic y uno de los miembros del jurado de los Premios Web 2015, que distinguen los méritos de profesionales y entidades en el mundo digital y que se entregan este jueves dentro de Imaginext, la jornada destinada a exaltar los avances tecnológicos vinculados al sector del vino.
Es una sensación que comparten también Javier Gurría, cofundador de JIG; Carlos Prieto, presidente de la Asociación de Ingenieros de Telecomunicaciones; Javier Galiana, director de Desarrollo de Negocio e Innovación de Nueva Rioja; e Ignacio Lasheras, presidente del Colegio Profesional de Ingenieros en Informática, el resto del tribunal de estos veteranos galardones, que serán entregados en una gala retransmitida esa misma noche por TVR.
Gurría, de hecho, insiste en la necesidad de compartir experiencias con otros y compararse para comprobar que «se puede y se está siendo competitivo». Considera que Imaginext será una nueva ocasión para demostrarlo: «Estos eventos ayudan a que la gente que trabajamos en este sector veamos que los representantes de gigantes como Google o Amazon son humanos. Se les naturaliza y se eliminan complejos. Aprendemos, pero nos damos cuenta de que también sabemos. Nos dirán cosas que seguro que nos sorprenden, pero habrá otras que ya conocemos. Eso humaniza mucho. Hablamos de las máquinas y nos damos cuenta de que detrás hay personas».
El responsable de JIG ahonda en la calidad de las empresas riojanas y, sobre todo, de los profesionales que las integran. «Tenemos gente capaz de formarse en este sector y estamos generando un germen de trabajadores muy buenos -revela Gurría-, con chavales espectaculares formados en nuestra comunidad». Ridruejo remarca, además, que «el talento es el principal valor de las empresas TIC, ya que se requiere creatividad y capacidad para encontrar una aplicación real de los proyectos».
En esa búsqueda de talento, es fundamental la aportación de las asociaciones presididas por Carlos Prieto e Ignacio Lasheras. «Nutrimos de profesionales a las empresas, pero también creamos contactos para estar al día y poner novedades y conocimientos al servicio de todos», ilustra Prieto, mientras que Lasheras considera «fundamental tender redes para incorporar a profesionales de fuera y recuperar a los riojanos que trabajan en el exterior y que están dispuestos a regresar a unas compañías que no tienen nada que envidiar con las que se encuentran en Barcelona o Madrid».
El principal problema de las empresas tecnológicas de la región para dar el salto definitivo radica en el «tamaño», según explica Prieto. «Las compañías grandes desconfían de proyectos realizados por pymes -señala-. En La Rioja, el entorno y la situación permiten buscar la unión, y eso es lo que se debe perseguir, con empresas agrupadas para crear iniciativas más grandes. En esa sintonía, se están buscando proyectos tractores, en los que distintas firmas realicen una parte y se identifiquen con ellos. Así se puede ir pensando en crecer».
Esa actitud colaborativa no se genera de la noche a la mañana, «cuesta mucho y es un trabajo de años», desvela Ridruejo, y requiere de un interés por la «especialización», con elementos y «líneas de negocio distintas». Pero estas alianzas parecen a primera vista más sencillas de lo que realmente son. «Todas las empresas de desarrollo pensamos que podemos hacer de todo, y es imposible», reconoce Gurría, que, sin embargo, tiene claro que es necesario «apostar por lo que cada uno sabe hacer mejor para especializarse en su nicho correspondiente».
Es el secretario de Aertic el encargado de marcar las líneas básicas a seguir en La Rioja: «Necesitamos empresas cada vez más fuerte y más grandes. Hay demasiadas 'micropymes' que deben ir escalando, uniéndose, para ser más potentes y abrirse a los nuevos mercados».
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