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ALBERTO GIL - EL ANÁLISIS
Martes, 9 de febrero 2016, 16:39
Los datos de comercialización de vinos de Rioja del 2015 son buenos por varios motivos, especialmente por el mayor crecimiento en valor que en volumen, que sigue siendo la asignatura pendiente, pero sobre todo porque supone cierto alivio para la decisión tomada hace unos meses ... y que significa, tanto para la vendimia próxima como para las dos posteriores, notables aumentos de los rendimientos de producción.
Aquel acuerdo suscrito por las organizaciones mayoritarias supuso en realidad un intercambio de 'cromos' con las bodegas para contener un incremento mayor de las nuevas plantaciones como consecuencia de las nuevas reglas de la OCM comunitaria. Así, en la próxima vendimia, al margen de lo que aconseje la propia naturaleza, se admitirá un 7% más de uva (107%) y, como novedad, se abrirá el 'grifo' en bodega del 70 al 72%.
En caso de llegarse al rendimiento de campo previsto (107%), entrarían de refuerzo 27 millones de litros de vino y, si la comercialización se resiente, tirarán a la baja de los precios en origen, es decir, de la uva y del vino, lo que repercute directamente en las rentas de los viticultores. El hecho de que las ventas acaben el controvertido para Rioja año 2015 creciendo permite pensar que la ratio (relación entre existencias y salidas) no se resentirá demasiado si el 2016 mantiene el pulso y, tal y como están las cosas -en Rioja Alavesa cada vez hay más movimientos para, al menos estudiar, una denominación propia- lo peor que podía pasarle a Rioja es que los precios de la uva fueran para abajo.
La otra buena noticia del balance de comercialización es el blanco, aunque está por ver si ese crecimiento del 14 por ciento el año pasado, acompañado a su vez por los rosados -en cuya elaboración se está usando cada vez más uva blanca-, tendrá continuidad porque a partir de la próxima vendimia comienzan a entrar en producción buena parte de las nuevas plantaciones hincadas hace tres años.
Aunque el sector está preparado para un ajuste de precios del blanco (hasta la pasada campaña ha sido más rentable para el viticultor la uva blanca que la tinta por escasez), en la pasada vendimia ya hubo alguna bodega, de renombre por cierto, que pagó a sus proveedores a un precio de 50 céntimos aprovechando el ruido de las supuestas dificultades que se avecinan.
La decisión de elevar los rendimientos de producción para los próximos tres años, aun entendiendo la presión de las organizaciones de productores firmantes y dando por buena la intención de limitar al máximo el crecimiento de masa vegetal, provocó mucho malestar en una parte importante del sector, hasta el punto de avivar con intensidad el fuego de amagos o movimientos reales 'secesionistas'. Y hay precedentes. En Cava se fue en primer lugar Raventós i Blanc, fundadora además de aquella denominación, y dos años después catorce bodegas abandonaron Cava para crear una nueva indicación (Classic Penedés).
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