«Se puede aprender de vino toda la vida»

-¿Qué fue antes: amante del vino, tecnólogo, comunicador?

-Estudié enología en Burdeos y luego trabajé como enólogo en varias partes del mundo: Francia, por supuesto, pero también Italia, California, Australia y Nueva Zelanda. España fue muy importante para mí porque trabajé en Ribera del Duero y pasé dos años supervisando una bodega en Toro. Viajé para llegar a entender el vino y a sus gentes de forma global, no solamente con la perspectiva de una región o un país. Todo cambió cuando empecé a trabajar para Wine-Searcher.com, el sitio web sobre vino más visitado en el mundo. Me di cuenta de que mi conocimiento del vino podría ser útil a mucha gente en todo el mundo utilizando internet. Por eso empecé Social Vignerons.

-¿Qué le seduce del vino?

-Es un producto que se comparte en familia o con amigos. Pero al mismo tiempo, el vino se puede estudiar durante toda la vida. Hay mucho por conocer del vino porque combina química, biología de las viñas, levaduras y bacterias, con aspectos humanos fundamentales: el gusto, el trabajo, marketing, y mucho más. Además, hay vino por todo el mundo.

-¿Cuál ha sido la última sorpresa positiva que se ha encontrado en una botella?

-Después de haber pasado varios años en Nueva Zelanda, me sorprendió bastante cómo los vinos europeos habían evolucionado mucho hacia un estilo más afrutado y accesible. Los vinos baratos de España, Francia e Italia a lo mejor saben un poco menos al terroir por las viejas formas locales de elaborarlas, pero en general son vivos que se beben mucho mejor.